Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

Karibu (Bienvenido)

Texto y Fotos Patricia Sáinz de Robredo [Com 09]

Patricia Sáinz de Robredo y Pedro Tourón (Com 09) persiguieron sus sueños y llegaron a Kenia recién casados.


Nairobi [kenia]. Llegamos a Kenia en marzo de 2012. Como suelo decir, con afán de aventura y amor hacia lo desconocido, pues aunque habíamos viajado anteriormente para conocer el país, poco o nada tuvo que ver aquella primera impresión con el día a día de este lugar en el corazón de África.

Nuestros planes estaban más o menos claros: yo iba a trabajar en Strathmore University, en el departamento de Comunicación, y Pedro, mi marido –business man desde nuestro aterrizaje– buscaría la manera de empezar algún tipo de negocio.

Dentro de esta ecuación de dos locos dejando su trabajo para marcharse a otro continente no puedo omitir que estábamos esperando nuestro primer hijo... ¿Pero por qué os vais? ¿Para qué? Soñadores, locos, aventureros... Nos han dicho muchas cosas. Siempre con cariño y, a veces, hasta con admiración. Y la verdad es que quizá seamos un poco de todo ello.

En el fondo el motor de nuestra aventura fue pensar que éramos muy jóvenes y que quizá en otro país, lejos de nuestra ciudad, familia y entorno, podríamos prestar ayuda. No en una ONG o como los misioneros que luchan por sacar tantísimos países adelante. En nuestro caso queríamos aportar el granito de arena de nuestro trabajo. Sobre todo, nos impulsaba el sueño de crear un negocio y puestos de trabajo y oportunidades para los kenianos. Y así empezó todo.

JAMBO (hola).

 Es el saludo con el que habitualmente te reciben los kenianos. Tras los primeros pasos en tierra africana memorizamos un manual básico de cómo moverte en Nairobi.

1. Los blancos son musugus y para algunos autóctonos “piel blanca” significa “dinero y más dinero”. Por lo tanto, los precios para nosotros pueden multiplicarse por dos y hasta por tres.

2. Si no quieres pasar por “pardillo turista”, respóndeles a Jambo con un Javari Ako (¿Cómo estás?). Este saludo te ahorrará unos cuantos shillings (moneda del país).

3. Esos pequeños autobuses a medio paso entre furgoneta y camioneta de los años sesenta se llaman matatus. Mejor no toparte con uno en la carretera y, si lo haces, simplemente déjale pasar.

4. Regatear está en el alma del keniano. Incluso si no quieres, regatea, forma parte del juego.

 

Continúa en pdf.