Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

Los antiguos alumnos, el mayor tesoro de la universidad

Texto Alumni Universidad de Navarra   Fotografía Santi G. Barros [Com 13] y Miguel Goñi Aguinaga

La graduación deja de ser el final de una etapa para convertirse en un comienzo. La formación continua, el apoyo durante la carrera profesional y los beneficios de pertenecer a una extensa red de graduados orientan una firme apuesta de la Universidad por enriquecer el servicio a los antiguos alumnos. El rector y los decanos de facultades y escuelas exponen el nuevo proyecto Alumni, que cuenta con la implicación de todos los centros docentes. 


 

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Alrededor de dos mil estudiantes abandonan anualmente los campus de la Universidad rumbo al mundo laboral. ¿Qué relación queda entre ellos y su alma mater? ¿Cómo evoluciona la intensa experiencia forjada durante los años de estudio? El proyecto Alumni-Universidad de Navarra trata de responder estas cuestiones y se propone potenciar las abundantes oportunidades de ayuda mutua entre la Universidad y los antiguos alumnos. 

Este curso se celebra el 25 aniversario de la profesionalización del servicio a sus graduados. Desde 1992, se han organizado multitud de sesiones de divulgación, se han promovido encuentros y se ha fomentado que su sentido de pertenencia crezca tras la graduación. 

Con el objetivo de conocer mejor los intereses de sus alumni, la Universidad puso en marcha en febrero la campaña #welcomebackUNAV con una pregunta formulada a más de 38 000 personas: «¿Qué necesitas?». Sus respuestas han contribuido a la reflexión sobre el modo de colaborar con ellos de manera eficaz. «Una de las principales misiones de la Universidad de Navarra —afirma el rector, Alfonso Sánchez-Tabernero— es cuidar a todos los antiguos alumnos. Queremos hacerlo como mejor sabemos: con formación de calidad, con un adecuado asesoramiento en su carrera profesional y facilitando lugares de encuentro entre ellos».

El refuerzo de los servicios dirigidos a quienes estudiaron en la Universidad se plantea como un desafío para los próximos años, que contará con la implicación directa de las facultades y escuelas. Coincide, además, con la apertura de la nueva sede de posgrado en Madrid, que acogerá un buen número de las actividades para egresados.

 

Pasión por el saber

 El deseo de aprender es una característica esencial del universitario. Por eso, la formación continua se sitúa en el  núcleo del nuevo plan Alumni. «Si la universidad se suele conocer como alma mater [madre que alimenta], es lógico que el papel de la institución no termine nunca. Debe continuar dando alimento intelectual a sus graduados», asegura Juan Chapa, decano de la Facultad de Teología.

La puesta al día de conocimientos del sector donde uno trabaja es una herramienta indispensable para la mejora del desempeño laboral y la Universidad
desea acompañar a sus antiguos alumnos también en esta fase. La nueva apuesta aspira a ofrecerles un plan docente con un enfoque profesional capaz de adaptarse a los continuos cambios sociales y empresariales. El decano de Derecho, Jorge Noval, considera que «la gran ilusión de la Universidad es que cada uno de sus alumni haga realidad su proyecto personal y que este sea el mejor posible. Para cumplir este reto, nos parece imprescindible seguir espoleando la pasión por el saber».

Según Rosalía Baena, decana de Filosofía y Letras, «los antiguos alumnos valoran una formación continua y una actualización de las disciplinas que les atrajeron a nuestros grados». Por su parte, Sergio Sánchez-Migallón, decano de la Facultad Eclesiástica de Filosofía, señala que «la oferta de actividades académicas (congresos, simposios, workshops...) es una gran ayuda para mantener viva la reflexión filosófica que se inició en el campus». 

De manera presencial o vía online, no hay duda de que seguir aprendiendo durante la etapa laboral es una necesidad y la Universidad tiene como meta responder a ella.  El aprendizaje permanente enriquece al antiguo alumno por la mejora de sus competencias y habilidades, impulsa su desarrollo y repercute de manera directa en el desempeño profesional. La Universidad de Navarra trabaja con la confianza de que la graduación no signifique el fin de la formación académica, sino que pase a ser el comienzo de una nueva etapa. 

 

Aportación mutua

 Este desafío también se plantea en el sentido contrario. Los graduados con experiencia profesional tienen mucho que aportar tanto a los alumnos sentados hoy en las aulas como al claustro de profesores e investigadores. La directora de ISSA School of Management Assistants, Victoria Rodríguez Chacón, explica que «son un elemento clave en el proceso formativo porque, gracias a la información que nos aportan y a su colaboración en actividades, nuestros planes de estudio se adaptan constantemente para satisfacer las necesidades de las empresas». Su presencia en los campus contribuye a tender puentes entre el mundo empresarial y el panorama universitario. Ambas partes se complementan y se enriquecen cuando dialogan entre sí.

En la misma línea, el director de la Escuela de Arquitectura, Miguel Ángel Alonso del Val, asegura que «el contraste de la experiencia profesional con los debates científicos y disciplinares que nuevas generaciones de profesores y estudiantes van desarrollando hace que el espíritu universitario se mantenga joven». Muchos centros ya trabajan de ordinario con sus alumni, como la Facultad de Derecho Canónico. Su decano, Antonio Viana, señala que «nos consultan frecuentemente, sobre múltiples cuestiones relativas a la práctica del Derecho en la Iglesia y la actividad de los tribunales eclesiásticos, de forma que nos ayudan a mejorar la orientación de la docencia y de los cursos que organizamos».

 

Punto de encuentro

 Extendida por más de cien países de los cinco continentes, la red de antiguos alumnos constituye un buen marco para ampliar las relaciones profesionales. Luis Montuenga, decano de la Facultad de Ciencias, confía en el valor de «crear espacios de contacto y networking de cada graduado con otros alumni, con los profesores y con la actividad diaria de la Universidad. Esto se consigue fomentando encuentros presenciales en los puntos del globo donde residen y trabajan, así como facilitando la conexión a través de las redes sociales».

Secundino Fernández, decano de Medicina, manifiesta que su Facultad «aspira a ser una referencia permanente para los antiguos alumnos en la consolidación y ampliación de las relaciones que han establecido durante sus años como estudiantes. De este modo, continuaremos ofreciendo cursos de formación que favorezcan, al mismo tiempo, conocer más y mejor a otros alumni».

Alumni-Universidad de Navarra está formado por 120 950 personas de todas las edades y procedencias que han estudiado diferentes carreras, másteres o doctorados y que trabajan en ámbitos muy diversos. En cambio, todos ellos tienen un elemento de unión: su alma mater. Por eso, uno de los objetivos de la Universidad es impulsar, de la mano de su escuela de negocios, el IESE Business School, los espacios de networking por sectores profesionales. De esta manera, la posibilidad de establecer contactos de calidad con personas que comparten intereses supone un incuestionable beneficio. Teresa Sádaba, directora de ISEM Fashion Business School, con sede en Madrid, asegura que el Instituto trata de ser «un punto de encuentro de los profesionales de la moda donde se fomente el diálogo, el intercambio de experiencias, ideas e investigaciones que les ayuden a crecer en su carrera». 

Además del ámbito laboral, el cariño de los graduados hacia su universidad es un aliciente importante para las relaciones personales. Durante los años de carrera se forjan amistades en un entorno de reflexión y de conocimiento. La intensidad de las vivencias en el campus genera una conexión especial entre los estudiantes. En el caso particular de la Facultad de Enfermería, por ejemplo, «ese modo de ser enfermero y practicar la profesión está presente y une a los graduados que se encuentran en el mundo laboral», según explica su decana, Mercedes Pérez.

Es frecuente que, cuando dos antiguos alumnos se conocen y caen en la cuenta de lo que les une, sientan una sintonía especial con la otra persona. Charo Sádaba, decana de la Facultad de Comunicación, asegura que «reencontrarse con profesores y compañeros de promoción es una experiencia única para tomar conciencia de la propia situación vital y profesional. Gracias a esa relación que se establece a lo largo de la carrera, la Universidad puede volver a inspirar, a guiar, a empujar sueños y sanas ambiciones». El mayor evento para graduados organizado por la Universidad es el Alumni Weekend, un fin de semana que cuenta cada año con la asistencia de más de quinientos antiguos alumnos. En este sentido, Concepción Naval, decana de la Facultad de Educación y Psicología, considera que «la Universidad es un lugar al que siempre poder volver para recordar tiempos y personas con quienes compartimos una época de estudio y convivencia importante en nuestra vida». 

En el vínculo entre los graduados son protagonistas las juntas territoriales Alumni, formadas por antiguos alumnos que organizan y apoyan actividades universitarias en ciudades de todo el mundo. Jorge Noval asegura que estos chapters le llaman especialmente la atención por «su cariño, su iniciativa y su vitalidad. Cada una, con su estilo, se esfuerza por mantener vivo el contacto entre los alumni del entorno geográfico más próximo». En la actualidad treinta y nueve juntas nacionales, tres internacionales y otras tres en proyecto colaboran voluntariamente. 

Más allá de los encuentros presenciales, también el mundo digital facilita establecer contactos. LinkedIn es la red profesional que lidera el sector. A través de los grupos de las facultades y el propio de Alumni, se comienzan relaciones, se recuperan contactos dentro de una promoción y se distribuyen contenidos de interés. Además, la Universidad tiene un perfil institucional con más de 55 000 seguidores con los que comparte artículos de divulgación, noticias, el calendario de actividades que se celebran en sus lugares de residencia y materiales audiovisuales.

 

Impulso de la carrera profesional

 Un recién licenciado tiene un gran interés por la búsqueda del primer empleo y, conforme avanza en sus distintas etapas profesionales, puede demandar nuevas oportunidades laborales o ser un empleador que precise contratar talento para su empresa. La Universidad procura adaptarse a la necesidad de cada antiguo alumno. Adela López de Cerain, decana de la Facultad de Farmacia y Nutrición, sostiene que «los antiguos alumnos pueden ofrecer puestos de trabajo a otros graduados, y su experiencia puede ayudarnos a perfilar las características del profesional que requiere la sociedad. Recíprocamente, la Universidad puede proporcionar los candidatos adecuados». 

Una herramienta concreta que pone en contacto actuales y antiguos alumnos es, según señala Ignacio Ferrero, decano de Económicas, el Portal de Empleo de la Universidad: «A través de él, directivos de empresas, responsables de contratación y graduados, especialmente los más jóvenes, pueden conocerse y materializar relaciones laborales».

Así pues, los caminos de la empleabilidad son de doble dirección: responder con talento universitario a las necesidades de contratación y acompañar a los egresados en su desarrollo profesional.

 

Protagonistas de la misión de la universidad

 La aportación de los antiguos alumnos siempre ha sido clave en la Universidad. Les mueve la ilusión por apoyar su crecimiento y contribuir al alcance positivo que tiene en la sociedad. Gracias a su generosidad diversos proyectos de investigación y becas pueden salir adelante. 

Hace quince años se puso en marcha el Programa de Becas Alumni, que financia parte de los estudios de jóvenes con buen expediente académico, pero que no disponen de los recursos suficientes. En esta cadena de solidaridad, promovida en 2003 por antiguos alumnos, colaboran cada año alrededor de diez mil graduados. 

Durante el curso 2017-18, trescientas veintisiete personas de veinte nacionalidades se han formado gracias al Programa. «Además de despertar inquietudes intelectuales en los alumnos, también es necesario ayudarles materialmente para que desarrollen sus capacidades en beneficio de la sociedad», afirma Sergio Sánchez-Migallón, decano de la Facultad Eclesiástica de Filosofía.

Como parte de su misión, la Universidad tiene como objetivo, asimismo, la transferencia de conocimiento que mejore la calidad de vida del mayor número de personas a nivel local, nacional e internacional. La contribución de los antiguos alumnos alienta este compromiso y estimula la investigación biomédica y humanística. El rector, Alfonso Sánchez-Tabernero, agradece su confianza y generosidad: «Hacemos frente a nuestros gastos de docencia y de asistencia sanitaria con las matrículas de los alumnos y con lo que abonan los pacientes o sus seguros médicos. Pero tenemos proyectos de gran impacto social; cuanto más apoyo recibamos —para becas, proyectos de investigación o actividades museísticas y culturales—, a más personas podremos servir».

El nuevo plan Alumni se plantea conceder mayor protagonismo a los benefactores aumentando las posibilidades de colaboración económica: además de las becas Alumni, se puede contribuir con la investigación del Instituto Cultura y Sociedad, la actividad artística del Museo o las becas de posgrado, por ejemplo. Como reconoce Rosalía Baena, «necesitamos su apoyo para emprender proyectos ambiciosos». Los graduados pueden ayudar a la Universidad de muchas maneras  «y una de ellas es contribuir económicamente para poder seguir investigando y dando becas a futuros alumnos», manifiesta Ignacio Ferrero.

 

Embajadores

 Raúl Antón, director de Tecnun-Escuela de Ingenieros, cree que «la profesionalidad y el buen hacer de los antiguos alumnos son la mejor aportación de la Universidad de Navarra a la sociedad». Cada alumni es una extensión del centro académico: llega donde la Universidad no llega. «Ellos son nuestros principales embajadores —afirma Luis Montuenga—. Transmiten, a través de su ejemplo, las ideas madre que configuran nuestra cultura corporativa: el trabajo como servicio a la sociedad, la solidaridad, el espíritu emprendedor  y exigente, y a la vez alegre, optimista y constructivo».

En palabras del rector, «su testimonio, su cariño, su experiencia profesional y su apoyo constante —entre muchos otros atributos— hacen que los antiguos alumnos sean, sin duda, el mayor tesoro de la Universidad de Navarra».