Javier Viver, escultor de lo invisible
En las fotografías de los enfermos de un manicomio del siglo XIX, Javier Viver encontró una iconografía: éxtasis, estados de gloria, dolor. «Hay belleza en los cuerpos, aunque estén rotos». Uno de los imagineros más reconocidos del arte sacro español contemporáneo —suyas son obras como la Bella Pastora, de Iesu Communio, o la primera Madre de Hakuna— busca en el misterio de la encarnación la puerta al arte. Ahora prepara el monumento más grande del mundo al Corazón de Jesús.








