Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

Cine de papel

Texto Joseluís González [Filg 82], profesor y crítico literario en @dosvecescuento

Leer sobre cómo se fragua una película, cómo va creciendo, cómo cambia, le agranda la experiencia al espectador.Libros de pantalla y aventuras de cómo se escriben series de televisión.



Hace ya veinte años, en 1995, cuando había alcanzado los setenta y se sentía demasiado mayor para cambiar, y cuando hubiera podido ir de genio por la vida tras haber dirigido unas cuarenta películas, Sidney Lumet publicó un libro que recomiendo porque aún sigue vivo y enseña con humanidad qué es realmente el cine: Making Movies. José María Aresté tuvo el acierto de traducirlo Así se hacen las películas. Se sigue reeditando. Aunque tecnológicamente haya variado el arte de rodar cine.

Desde la primera página se revelan descubrimientos. Lumet le preguntó al venerable Akira Kurosawa por qué en Ran se había decidido por un determinado encuadre. Ran —que significa desorden, caos— engendra un drama ambientado en el xvi y una lucha fratricida porque los tres hijos de un señor feudal japonés conspiran contra su padre… casi como hace trágicamente El rey Lear de Shakespeare con sus hijas tras repartir entre sus ingratas descendientes su reino. Lumet, una generación más joven, esperaba una respuesta sublime del director de Rashomon y de Dersu Uzala. Kurosawa le contestó que si hubiera girado la cámara un pelín a la izquierda habría salido una fábrica de Sony, y si hubieran enfocado algo más a la derecha se habría asomado nada menos que un aeropuerto.

La verdad. Verdad, trabajo y experiencia explican y cuentan Así se hacen las películas. Desde la labor de dirección, de guionista, la elección de actores, el rodaje, el montar… hasta que Lumet confiesa en el último capítulo desconocer qué convierte en éxito de taquilla un largometraje y prevé cómo los estudios, las empresas, van a virar hacia las televisiones y su nuevo filón de negocio. 

El libro está veteado de anécdotas. Y de secretos desvelados y sabidurías. Como que un operador de cámara necesita sentido de la belleza y del ritmo, conocimiento dramático, gusto por la composición de imágenes. Lumet creía firmemente que les ayudaba a sus actores a concentrarse y a expresarse con mayor autenticidad si rodaba teniendo cerca de la cámara a los personajes que estaban fuera de plano, a los que no enfocaba. Y vio echarse casi a llorar a un director artístico —quien se ocupa de los decorados, quien cuida detalles como qué color de salsa quedará mejor en una cubertería de plata— porque la juntura que unía dos tapias no la habían pintado bien. 

Una idea crucial de Lumet es que, por encima de todo, el cine, los ciento veinte folios de guion, las tres páginas que se ruedan al día, son expresión artística, arte. Y un arte compartido.

No secundaba esta visión conjunta el dramaturgo y novelista madrileño Enrique Jardiel Poncela, que en los balbuceos de los años treinta, también treintañero, se marchó una temporada a trabajar a Hollywood. No comprendía que el escritor, el guionista, no estuviera al tanto de todo el proceso cinematográfico. Pedía que en el cine la misma persona asumiera cuatro responsabilidades:  «escribir, dirigir, supervisar el set y realizar el montaje».

Hollywood y las televisiones y los sindicatos de guionistas acabaron buscando una solución: el showrunner. Quien se ocupa de casi todo. Plazos, perfección, coherencia, ajuste al presupuesto… El productor ejecutivo se llama de momento en nuestras latitudes. 

Puede aprenderse la manera de hoy de escribir ficción televisiva leyendo una divertida y original guía de andanzas y de profesión: Objetivo Writer’s Room: Las aventuras de dos guionistas españoles en Hollywood. Un writer’s room es la sala donde se reúnen a trabajar y compartir ideas los autores de las series. Después de tiempo preparando ese viaje, Teresa de Rosendo y Josep Gatell volaron a Los Ángeles en julio de 2013 para conocer cómo trabajan allí los guionistas de ficción televisiva.Cómo se forman y organizan los equipos, sus jerarquías, sus calendarios… Estos dos guionistas y profesores lo contaron en un blog. Y ahora han engendrado más vida en doscientas cincuenta páginas de lecciones, experiencias, entrevistas, más un mapa y un diagrama para interpretar cada cual su odisea. Es un viaje sabio —y divertido— que adelanta métodos de escritura y oficio para quienes no están entre Los Ángeles. Talento, trabajo cooperativo, coordinación, responsabilidad. Rapidez. 


Libros NT 690



Categorías: Literatura, Cine