Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

La clave para detener el proceso neurogenerativo


La enfermedad de Huntington es la enfermedad neurodegenerativa de mayor incidencia después del Alzheimer y el Parkinson. Es hereditaria y se caracteriza por la aparición de movimientos involuntarios e incontrolados. En fases avanzadas produce graves alteraciones motoras y cognitivas, desórdenes psiquiátricos y demencia. Según cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre cinco y diez personas de cada cien mil sufren este mal. 

Aunque la mutación genética responsable de la enfermedad (el alargamiento anormal de una proteína llamada huntingtina) se descubrió hace veinte años, los mecanismos que causan la pérdida de conexiones y la muerte neuronal se desconocen. 

Para esta patología actualmente no existe cura ni tratamiento efectivo, por eso resulta prometedor el trabajo científico de un grupo de investigadores del CIMA de la Universidad de Navarra. Líderes mundiales en el estudio de receptores glutamatérgicos del tipo GluN3A, han identificado una estrategia terapéutica novedosa. 

Durante el desarrollo del cerebro —hasta el final de la adolescencia— este receptor se encarga de eliminar las conexiones innecesarias y sirve para corregir errores. El receptor GluN3A casi desaparece al llegar a la edad adulta. Pero la expresión de GluN3A se mantiene en personas con enfermedad de Huntington y causa la destrucción de conexiones válidas. Utilizando métodos genéticos, los científicos de CIMA descubrieron que suprimir esta anomalía en ratones con la enfermedad previene la neurodegeneración y el deterioro motor y cognitivo. 

«El hallazgo supone un gran avance en el desarrollo de terapias para detener esta grave enfermedad, basadas en el bloqueo de receptores cerebrales que contienen la molécula GluN3A. Como la alteración en GluN3A ocurre en estadios muy tempranos de la enfermedad, se podría actuar antes de que exista un daño irreparable. La intervención temprana es el objetivo no solo en Huntington sino en otras enfermedades neurodegenerativas, y el descubrimiento de GluN3A nos abre una puerta inesperada para intentarlo», explica la Dra. Isabel Pérez-Otaño, directora del Programa de Neurociencias del CIMA.

En estos momentos, la investigación de este equipo, cuyos resultados ha publicado la revista científica Nature Medicine, se centra en desarrollar estrategias para bloquear el receptor o impedir su producción utilizando RNAs de interferencia o vacunas.  La idea consiste en impedir la destrucción de conexiones que, se cree, es el primer eslabón en la muerte neuronal, y así parar el proceso neurodegenerativo.