Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

Un defensor del buen periodismo


Reportero y sindicalista. La vida de Aidan White (Derry, Irlanda del Norte, 1951) ha estado marcada por la defensa de los derechos de sus colegas periodistas y el estudio profundo de una profesión de la que dice seguir enamorado.

Desde joven compaginó el trabajo de reportero con el activismo sindical, que ejerció en el Sindicato Nacional de Periodistas en el Reino Unido e Irlanda. Tras trabajar en varias publicaciones de prestigio, entre ellas The Sunday Times y The Guardian, White dejó Londres para trasladarse a Bruselas, donde pasó a ocupar, en 1987,  la Secretaría General de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), organización que creció exponencialmente bajo su mandato y que hoy cuenta con más de 10 millones de miembros, de 124 países. A White le tocó vivir, al mando de la organización, la caída del Comunismo, época que define como “un periodo de maravilloso resurgimiento de los derechos humanos”, además de la llamada Guerra Contra el Terror, surgida tras los atentados del 11 de septiembre de 2011, un tiempo que critica por la “sistemática negación de libertades civiles” y durante el cual tuvo varios encontronazos con la Administración estadounidense, a la que criticó duramente. 

Teórico y analista del periodismo. White abandonó su cargo al frente de la FIP en abril. Tras 24 años en la organización, agradece haber podido presenciar de cerca “el periodismo heroico en su mejor expresión”, y espera que su trabajo haya servido, “de una manera muy modesta”, para hacer el periodismo más seguro. “Si es así”, reflexiona, “viviré tranquilo”.  Como teórico del periodismo, White ha publicado varios libros, entre ellos Journalism, Civil Liberties and the War on Terror (2006), y To Tell You the TRUTH: the Ethical Journalism Initiative (2008). Como él mismo explica, esta es la primera vez en la que el periodismo, su presente y su futuro, “es la noticia en sí mismo”. Su estudio de la profesión, de la ética, los valores periodísticos y su importancia en democracia se proponen contribuir a aclarar un porvenir incierto.