Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

El mago del sonido

Javier Velilla [Com 12]


Iñaki, ayer le hice una entrevista a la presidenta del Parlamento de Navarra y se escucha una máquina taladradora de fondo. ¿Puedes hacer algo?

–¿Era un sonido grave o agudo?

–Hmmm...

Okey, trata de pasármelo en formato wav y a ver qué se puede hacer.

En el estudio hay cinco personas: dos alumnas de segundo, Jone y Beatriz, que acaban de grabar un microespacio sobre nuevas tendencias, y Alberto, de tercero de Periodismo, que le pregunta a Iñaki si puede mejorar el sonido de una entrevista que ha hecho en vídeo. Iñaki Llarena, realizador jefe de 98. 3 Radio, habla con Alberto, maneja el ratón de uno de los tres ordenadores de la sala y con la otra mano pulsa cada pocos segundos la barra espaciadora para escuchar lo que ha grabado el grupo. Su aire es de concentración, con los pies apoyados en las patas de una silla negra de despacho.  En la pantalla corta una porción del audio, representado con líneas zigzagueantes, como las de un sismógrafo.  “Perfecto, ya está terminado, son cincuenta euros”.  Ha cambiado la boca entreabierta de concentración a una media sonrisa, y unas pequeñas arrugas le han asomado a ojos.  “De acuerdo, Iñaki, lo que tú digas”, sonríen los alumnos. Lara sale del espacio de grabación a través de una puerta gris. La puerta está a la izquierda de la mesa de control, desde la que Iñaki maneja los volúmenes de los micros o la ecualización.

–Me bajo a la redacción, ¿ha quedado bien, chicas?

–Sí, ya vamos a recoger todas nuestras cosas.

Alberto se queda con Iñaki para extraer el audio y, dos minutos después, el estudio vuelve a estar en calma.

“En el día a día de un realizador hay momentos de tranquilidad total y situaciones de gran estrés”, explica Iñaki. Cuando el estudio se encuentra más calmado –generalmente después de los boletines de noticias–, él aprovecha para preparar la programación del día siguiente, según la pauta que le proporciona la jefa de contenidos, Eva Lus. Cuando el tiempo de “relajación” es más amplio, Iñaki puede editar las promociones de programas, que requieren algo más de esfuerzo. De todos modos, lo habitual es que cuando faltan siete o diez minutos para que el reloj digital se acerque a la hora cero, aparezca alguno de los redactores dispuesto a grabar un programa.

Iñaki, ¿te viene bien para grabar.

–Venga, pasa, vamos a aprovechar antes del informativo.

–Tienes que buscar: cortes, saludo, Víctor...

Iñaki difícilmente pierde la calma, ni siquiera cuando un contratiempo altera el ritmo previsto. Un día, un minuto antes de que empezara un programa de una hora, una redactora de Informativos apagó por equivocación el ordenador de las sintonías, pensando que era el de internet. Como el aparato tardaba en encenderse, hubo que usar cedés para todo el espacio. “Fue un caos”, sonríe Iñaki al recordarlo. El realizador lleva en la emisora desde el año 2000.

La música ocupa un papel muy relevante en la programación de la 98.3 Radio, y por eso hay que organizarla bien.  Iñaki clasifica las canciones en función de varios criterios: el año de publicación, la lengua de los intérpretes, si el cantante es hombre o mujer, si se trata de un grupo o de un solista... La música hay que agruparla después en sesiones, no basta con tener los discos en la estantería. La emisora plantea su programación por décadas, de tal forma que el oyente se puede identificar con una generación o una época concreta. En el fondo, se trata de evitar que los éxitos más recurrentes se repitan demasiado; lo que se busca es un repertorio de calidad que no sólo incluya canciones conocidas. La emisora también apuesta por las “propuestas musicales”, fruto de las investigaciones en estilos o lugares variopintos. Por ejemplo, grupos de rock chinos, cantautores, música sueca (folk e indie), francesa, sudafricana, japonesa. Además, se sigue un sistema en función de la estridencia (“no es lo mismo un tema de metal que uno de country”) y el ritmo de las canciones, de modo que las sesiones resulten coherentes. La jornada en la 98.3 termina a las 14.30, pero Iñaki continúa todas las tardes detrás de los controles de una mesa de mezcla en su estudio de música cerca de la localidad navarra de Estella. Una vida entregada totalmente a la escucha.