Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 718

Los políticos vuelven a la escuela

El Center for Public Leadership and Government del IESE ofrece diez programas destinados a líderes de instituciones públicas.


El IESE lleva más de cincuenta años formando directivos de empresas. Empleando el método de estudio de caso y la puesta en común entre profesores y alumnos, miles de directivos han pasado por esta escuela de negocio que ha contribuido así a mejorar el sector empresarial. Ahora, desde que puso en marcha el nuevo Center for Public Leadership and Government, el IESE hace lo propio con los responsables de instituciones públicas. Aplicando el mismo método de aprendizaje, los diez programas de este nuevo centro se proponen mejorar la dirección de campañas, el liderazgo social, la gestión para nuevos cargos, la evaluación de políticas públicas, o la estrategia en la gestión pública. Por ellos han pasado diputados nacionales, regionales y europeos; mandos de las Fuerzas Armadas, del Poder Judicial, consejeros y ministros. La colaboración con la Harvard Kennedy School of Government marca, además, la proyección internacional del centro. 

Según José Ramón Pin, coordinador académico de los programas de gestión pública, para que un país sea competitivo, es tan importante potenciar la competitividad del sector privado como la de las instituciones públicas. Sin embargo, mientras la formación empresarial se había desarrollado con las escuelas de negocio, la ciencia política estaba aún ligada a estudios más clásicos. 

A las 12 de la mañana de un lunes, 45 líderes sociales, la mayoría directivos de fundaciones y ONG´s, se dan cita en la sede madrileña del IESE. Están cursando el Programa de Gestión Estratégica y Liderazgo Social. Ocupan un aula que es como un hemiciclo a pequeña escala, y delante de cada sitio, un cartel indica el nombre y apellidos de quien lo ocupa. De esta manera, todos pueden hablar con todos, y con el profesor, que se dirige a ellos desde el centro del aula. Ese mismo día los alumnos reciben la noticia de que el hasta ahora director ejecutivo del Center for Public Leadership and Government, Antonio Núñez, se ha incorporado al Gabinete de la Presidencia del Gobierno como subdirector general de Políticas Sociales. 

A lo largo de las ocho horas siguientes, aprenderán a mejorar sus habilidades para negociar en una sesión y, para ello, además de escuchar las orientaciones del profesor, trabajarán primero por parejas para simular una situación de compra-venta de un coche, y luego por equipos, en una subasta para fijar los precios de dos empresas ficticias. 

La sesión de ese día la imparte Guido Stein, consultor especializado en liderazgo y estrategia. Comienza con una pregunta directa: “¿Cuánto tiempo dedicáis al día a negociar?”. Nadie contesta “mucho” “poco”, sino “un 20%” “un 40%”... Después les propone que escriban en un papel su nombre con una pequeña dificultad: los diestros con la izquierda y los zurdos con la derecha. Con ese sencillo ejercicio les hace reflexionar sobre su disposición a intentar cosas nuevas que, de entrada, no sabían cómo podrían salir. 

Para José Ramón Pin, lo que más valoran los alumnos es precisamente esa ocasión de interactuar con el profesor y otros alumnos, enfrentarse a casos extraídos de la vida real y hacer autorreflexión. Todos ocupan puestos directivos, lo que les permite poner en práctica lo aprendido y mejorar su labor. Además, con su experiencia enriquecen al resto de compañeros, a los que aportan perspectivas distintas de la propia. Toda la formación se encamina a un objetivo claro: “Mejorar la toma de decisiones” explica José Ramón Pin. “Es un entrenamiento para conocer las circunstancias, analizar un problema y generar alternativas para solucionarlo. En política es muy difícil hacer análisis realistas, porque la ideología, que es necesaria en cualquier político, a veces puede hacer de anteojera”, añade. Lo ideal, en sus propias palabras, es que un líder tenga tres dimensiones conjuntas: “La estratégica, para ver oportunidades; la psicosocial o ejecutiva, para mover a las personas; y la ética o moral”.

El descanso para la comida no es tiempo perdido; profesores y alumnos comparten mesa y continúan el diálogo iniciado en el aula. Su experiencia profesional es un material interesante del que aprender, y del mismo modo que en la mesa se comentan ideas tratadas en clase, cuando se reanuda la sesión, el profesor emplea algunas de las anécdotas contadas durante la comida. 

En el contexto actual de crisis, muchas instituciones se han dado cuenta de que la formación es una inversión rentable: “Cuantos más recortes se hacen, más necesaria es la formación para mejorar la eficiencia”, concluye el profesor José Ramón Pin. Por eso, y conscientes de que no siempre se disponen de los medios necesarios para ello, el IESE promueve la esponsorización del sector privado y anima a que las empresas y fundaciones incluyan dentro de su Responsabilidad Social Corporativa becas para programas de formación de este tipo. Un ejemplo de esta colaboración es la Fundación Rafael del Pino, que patrocina el Programa de Liderazgo para la Gestión Pública.

En el tiempo de sesión que queda por la tarde, los alumnos se afanan en encontrar la mejor solución a la subasta ficticia que trabajan por equipos. Saben que será un entrenamiento perfecto para cuando tengan que enfrentarse a situaciones similares en su día a día.