Un grupo de fotógrafos de guerra tratan de documentar el atroz conflicto civil que asola los Estados Unidos en un futuro próximo.
Ha sido una de las sorpresas de la temporada y, probablemente, la primera película que opta a los Óscar de 2024. Kirsten Dunst compone un personaje de muchísima fuerza: una magnífica reportera, con toda la experiencia a sus espaldas y, al mismo tiempo, herida por los dilemas éticos que se le plantean a un profesional que trabaja con el dolor ajeno.
La cinta —durísima— es capaz de esquivar el morbo sin renunciar a mostrar el horror. El montaje, la fotografía y la planificación ayudan a crear una atmósfera de tensión que va in crescendo pero que se muestra respetuosa con la inteligencia del espectador. En todo momento prevalecen la narración, el guion y la construcción de personajes sobre otros aspectos más técnicos. En resumen, un soberbio thriller periodístico con una necesaria reflexión sobre el sinsentido de la guerra.