Milena Busquets
Editorial Anagrama, 2024
151 páginas | 17 euros
El sexto libro de Busquets no lo ha escrito Woody Allen. Los relatos, breves y afilados, parten de la evocación y la nostalgia («Ya no tendré más hijos, no volveré a sentir el calor de un bebé propio contra mi pecho»). Hay desencanto («Romeo y Julieta se hubiesen acabado separando, lo sabe todo el mundo»), mucha rendición (el deseo es «el único tirano ante el que me arrodillo») y confesiones dolientes («Yo no he sabido, no he podido o no he querido construir una vida larga con alguien»). Pero, bajo la superficie («Me gustan la frivolidad y la ligereza, lo que no deja cicatrices»), discurre la hondura. En las personas (su madre ausente, sus hijos, su niñera Marisa), los lugares (Cadaqués, las librerías) y la literatura (un amor «redentor, exigente, humilde, silencioso, voraz, persistente y absoluto») se halla quizá la salvación. Nada está perdido en este ensayo general que llamamos vida.