La bestia del mar

Sirenas en extinción

8 de agosto de 2025 2 minutos


Iida Turpeinen
Seix Barral, 2025
336 páginas
21 euros

Somnoliento y abstraído entre garabatos, así es el pronóstico de todo alumno frente a una asignatura atragantada y un profesor rancio. Un hastío similar sería previsible al leer una novela histórica como La bestia del mar, escrita desde un prisma académico-científico y repleta de nomenclatura taxonómica. Para sortear el fracaso —e incluso conquistar a pupilos y lectores—, hace falta la magia de quien ama una materia y se entusiasma por compartir su pasión de forma atractiva y ligera. La escritora finlandesa Iida Turpeinen logra este cometido al estrenarse en el mundo editorial: recorre las aguas del Pacífico y viaja entre siglos y continentes para narrar el hallazgo, la extinción y el estudio de la vaca marina de Steller.

Según la autora, «aúna mito y animal real, y no se puede escribir sobre ella sin escribir antes sobre las sirenas», con quienes comparte morfología en las leyendas. Como a marineros odiseicos, el sirenio no solo atrae a todos los personajes implicados en la trama, sino también a los lectores que se atrevan a embarcarse en esta expedición.

Turpeinen, especializada en Literatura Comparada, rescata del pasado a varios personajes reales que cruzaron sus caminos con el manatí gigante: en 1741 persigue al explorador alemán Georg Wilhelm Steller hasta su descubrimiento del mamífero, al que da a conocer al mundo. Cien años después, a través de Anna Elisabeth von Schoultz, relata el empeño de su marido, el gobernador de Alaska, en incluir la vaca marina entre sus colecciones zoológicas. Ante la incredulidad de los coetáneos a Von Schoultz, la comunidad científica confirma la loca idea de que «el ser humano sea para otra especie un azote semejante a un asteroide o un diluvio».

El final del libro no es apoteósico. En las últimas páginas, Turpeinen solo recuerda lo ya anunciado en el prólogo: el animal ya no pasta, no respira ni bucea. Ha desaparecido en unas manos manchadas de codicia e imprudencia. La verdadera bestia es el ser humano.

La escritora novel toma el coloso de Steller como un pretexto para dedicar una extensa y sincera carta de amor a la naturaleza, en la que destaca su concreción terminológica y riqueza léxica —debido, en parte, a la magnífica traducción al español de Luisa Gutiérrez Ruiz—. Turpeinen alterna con soltura descripciones microscópicas de huevos y arácnidos con secuencias de acción que oxigenan y distienden el arduo reconstruir de la historia natural en las aguas de Bering.

La bestia del mar ha enamorado a los paisanos de la autora, que agotaron su primera edición en una semana tras su publicación en Finlandia.


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