Pablo Larraz Andía y Pilar Sáez de Albéniz Arregui
Almuzara, 2025
425 páginas, 24,65 euros
«Tantos van a morir por menos». Estas palabras de un compañero suyo resuenan en el joven Mateo desde su trinchera en el monte Kalamua, en Elgoibar, mientras, a cubierto de la aviación, aprieta contra su pecho las cartas recibidas de su querida Josefina. En una cuidadísima y completa edición, Pablo Larraz y Pilar Sáez de Albéniz recuperan la relación epistolar de más de ochenta cartas que aquel novel matrimonio de Mañeru inicia el 18 de julio de 1936 y termina ocho meses más tarde, con la muerte de Mateo. Entre medias, una sucesión de relatos sobre su tan dispar cotidianidad en cartas repletas de cariños, anhelos, perdones, un velado deseo y algún toquecico de atención, símbolos de un delicado amor casi pastoril —si no fuera por la crudeza de la guerra— donde subyace una profunda fe religiosa, imposible de comprender o dejar de admirar, solo al alcance de la humildad que derrochan dos amantes que se saben ínfimos y reciben por sorpresa, en palabras en Josefina, un regalo infinito: «Quién nos iba a decir que tanto nos íbamos a querer».
La íntima correspondencia navarra, sin embargo, es mucho más rica que un simple amorío. Los editores traen un desnudo retrato de las alegrías y miserias de la guerra de nuestros abuelos, entre la impotencia de la parálisis del frente a la brutalidad del avance, así como de aquella Navarra fervorosa. Es llamativo, en pleno siglo XXI, cómo Josefina, una mujer esclava de los lastres hoy superados (el hogar, la prole, el suegro, el cónyuge) parezca, a pesar de estos, no solo libre de ataduras mundanas y de inseguridades ansiosas, sino además llena de dignidad, voluntad y fortaleza. Es de suponer que nadie tuvo la bondad de informarle de su infelicidad.
«Tantos van a morir por menos», pensaría Mateo, intentando dormir bajo la helada lluvia invernal del Kalamua. Tras su infernal posición, al otro lado del campo de batalla, quizá lo pensaran también los otros, desde su trinchera.