Alfonso Cruz
Libros del Asteroide, 2025
103 páginas
12,30 euros
En Vamos a comprar un poeta, Afonso Cruz crea un mundo frío donde la prosperidad se mide en porcentajes y patrocinios. En su universo, todo se cuantifica hasta el extremo. Las personas no tienen nombre, las identifican con un número. El estudio y el trabajo se orientan a la producción. Sus gentes consideran a los artistas objeto de compraventa, seres improductivos, pero con un cierto atractivo: pueden llegar a aportar instantes de belleza. Sí, en este universo se pueden comprar escritores, pintores y escultores, y los hay con grandes descuentos.
La historia comienza cuando un padre acompaña a su hija a adquirir un poeta. Su llegada al nuevo hogar provoca cierto caos. Nadie entiende por qué hace cosas tan ridículas como leer, usar metáforas o detenerse a contemplar. Incomprendido, pero silenciosamente admirado, el nuevo integrante trata de embellecer el mundo que le rodea, aunque no pueda arreglarlo. De esta manera, fisura poco a poco el núcleo familiar hasta resquebrajarlo.
La transformación que su llegada provoca en el sistema se refleja también en el estilo de escritura. Cruz fusiona fondo y forma. Como si la presencia del poeta atravesara la propia narración y convirtiera al lector en paciente de la metamorfosis que sufre la protagonista al dejarse sorprender por la literatura. El libro empieza con una prosa sencilla, directa y eficaz, que va evolucionando hacia un lenguaje muy poético.
En estas páginas aflora una crítica al consumismo desenfrenado. Es la deconstrucción de una fábula que satiriza a la sociedad carente de arte. Cruz entona un canto a favor de la cultura y de su enorme potencial. Trata de reflejar que, incluso en un mundo hierático, el asombro por la belleza sigue moviendo al ser humano.