Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

Las inmensas minorías

Ignacio Uría (Der 95 PhD 04)Investigador asociado de la Universidad de Miami @nachouria


El voto de las minorías en los EE. UU. es desigual y sus integrantes tienen diferentes criterios según su raza y el nivel económico. En términos generales puede decirse que, en 2012, el Partido Republicano volvió a perder el voto de las minorías. Esto ocurre porque el Partido Demócrata se parece más a los actuales Estados Unidos  que sus rivales. Para bien y para mal.Gracias a esa identificación con las minorías, Barack Obama ha recogido gran parte de su voto. De modo abrumador entre los afroamericanos, notablemente con los hispanos y en crecimiento con los católicos. La consecuencia inmediata es que el tradicional dominio blanco y protestante de la política norteamericana ha llegado a su fin. Los republicanos no entendieron el aviso con la derrota de McCain en 2008 y han repetido el error en 2012.
Mitt Romney, por su parte, apeló casi en exclusiva al voto blanco (63 por ciento de la población), pero ocho millones de blancos que votaron a los republicanos en 2008 esta vez no repitieron. Romney tampoco conectó con los hispanos (apenas le votó el 27 por ciento, el peor dato desde hace veinte años) y no mejoró con los católicos, ya que de nuevo se centró en los católicos blancos y se desinteró del resto.

las minorías son demócratas. ¿Por qué ha ocurrido esto? En gran medida por el descenso demográfico de la raza blanca, pero también por las políticas republicanas contra la inmigración y el anuncio de reducir las ayudas sociales. Paradójicamente, Romney tenía posiciones centristas cuando era gobernador de Massachusetts, pero la necesidad de satisfacer a la derecha republicana (Tea Parties) radicalizó su mensaje: menos protección social; menos inmigración; más gasto en armamento y aislamiento internacional. A su lado, Reagan sería un moderado.
Poco ha influido que Obama haya deportado 400.000 hispanos al año (sobre todo mexicanos, grupo dominante entre los latinos), cifra que su antecesor Bush jamás alcanzó. Para el electorado el candidato extremista fue Romney y no Obama, éxito que los demócratas lograron al definir a Romney antes de que este pudiera hacerlo. “Si te llaman “buitre capitalista” debes tener una argumento convincente que lo desmienta. Si no, es una crítica que admites”, dijo el exgobernador republicano Haley Barbour.
La influyente minoría cubanoamericana, concentrada en La Florida, Nueva Jersey y Nueva York, ha sido una alegría para Obama, que ha recogido el 48 por ciento de sus votos, trece puntos más que en 2008. Cierto es que han votado más a Romney (53 por ciento), pero con la menor diferencia entre candidatos. El nuevo triunfo demócrata en la tradicionalmente republicana Florida se debe al cambio generacional: los exiliados ideológicos de la década de 1960 pierden fuerza frente a sus propios hijos y nietos (ya norteamericanos y más liberales) y también ante los nuevos exiliados económicos, que apoyan el diálogo con la dictadura de los Castro.

la división católica. El catolicismo es una religión en ascenso, con casi 73 millones de fieles, el veinticinco por ciento de la población total. Tienen además la mayoría en diez Estados (del 63 por ciento de Rhode Island al treinta por ciento de Illinois), pero en nueve de esos diez ha ganado Obama. Esto apunta a que los principios católicos (matrimonio, bioética, libertad religiosa) no son determinantes a la hora de votar. De hecho, el cardenal y arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, afirmó tras las elecciones: “Debemos trabajar más y mejor para presentar con claridad las enseñanzas de la Iglesia. Sobre todo, el matrimonio” .
Los diferentes referendos que se votaron el 6 de noviembre lo demuestran. Así, el “matrimonio” gay fue aprobado en Maine, Washington y Maryland (ya son nueve en todo el país, más la capital), mientras que en Minnesota se rechazó definir  el matrimonio como la unión entre hombre y mujer. Colorado y Washington legalizaron la marihuana; La Florida confirmó la financiación pública del aborto y California desechó abolir la pena de muerte.
Por otra parte, es evidente que la Iglesia católica norteamericana tiene un grave problema con los asuntos de moral sexual. Pew Forum on Religion and Public Life asegura que el 74 por ciento de los católicos apoya la anticoncepción y un 58 por ciento el aborto. Estos datos bajan en los católicos de raza blanca, que votan mayoritariamente a los republicanos (en 2012 un siete por ciento más que en 2008, cifra que coincide con lo perdido por Obama en ese colectivo). Por tanto, hay más similitudes entre un católico blanco y un evangélico blanco, que entre dos católicos si uno es hispano y el otro blanco. ¿Qué pefil de católico, por tanto, ha votado a Obama? Básicamente latinos y orientales (filipinos y coreanos), ya sean ciudadanos por nacimiento o naturalización. Los hispanos, que suponen el 50 por ciento de los católicos, son los que aumentan más rápido y los que más votan a Obama (el 75 por ciento -un 3 por ciento más que en 2008- frente al 21% por ciento que eligió a Romney). Pese a las críticas unánimes de la Conferencia Episcopal contra Obama por sus ataques a la libertad religiosa (en especial, el arzobispo de Nueva Orleáns, Alexander Sample, y el de Pittsburgh, David Zubik), los hispanos han confiado en la promesa  presidencial de reducir el desempleo; la defensa de la clase media; la Ley de Protección del Paciente (“ObamaCare”); controles más duros a Wall Street y, sobre todo, la Dream Act, ley que otorga la ciudadanía a los estudiantes indocumentados que llegaron a los EE. UU. como menores de edad.  Pese a todo, los votantes católicos (blancos, hispanos y orientales) se ha dividido por mitades entre los dos candidatos: 50 por ciento para Obama y 47 por ciento para Romney. Por su parte, en los protestantes, que son el 48 por ciento de la población, el voto ha sido para Romney con un 57 por ciento (un 3 por ciento más que en 2008) frente al 41 por ciento que obtuvo Obama.

el perfil del votante. En síntesis, Obama basó su victoria en el voto negro (93 por ciento), los homosexuales (realmente LGTB, el 76 por ciento), los hispanos (71  por ciento), las mujeres solteras (67 por ciento) y los jóvenes (60 por ciento). No en vano su votante tipo es una mujer de unos cuarenta años, urbana, soltera, agnóstica y proaborto. Romney, por su parte, obtuvo el voto mayoritario de los varones blancos, mayores de cincuenta años, casados, creyentes y que viven en el medio rural.
En política cuatro años son una eternidad, pero los republicanos saben que la demografía amenaza su futuro. Los Estados Unidos son una nación plurirracial, multirreligiosa y cada vez menos WASP (blanca, anglosajona y protestante). Una democracia en la que hoy ya nacen más niños latinos que blancos. Un país donde los hispanos serán el grupo social mayoritario en 2050.