Jaime Fuentes
Eunsa, 2025
225 páginas
16,90 euros

Hay historias que solo cobran sentido cuando se cuentan. La de Jaime Fuentes, obispo emérito de Minas (Uruguay) y periodista de formación, es una de ellas. En Como una pluma blanca traza un relato que se mueve entre la memoria personal y la historia de una vocación que lo llevó de Montevideo a Pamplona, de un aula de Periodismo en la Universidad de Navarra a una vida de entrega sacerdotal.

El título del libro no es casual. Fuentes encuentra en la simbólica pluma que abre y concluye Forrest Gump una metáfora de su propia trayectoria: un viaje impulsado por decisiones que, vistas en retrospectiva, parecen hilvanadas con un propósito mayor. Con diecinueve años, dejó su país para estudiar en Navarra. Lo que en principio era un paso académico se convierte en un punto de inflexión: en España conoció a san Josemaría Escrivá y, tras ese encuentro, un camino que más adelante, sin él esperarlo, le llevaría al sacerdocio y finalmente al episcopado.

Sin embargo, no es un ejercicio de nostalgia, sino un testimonio contado con el pulso de un periodista. Fuentes evita los adornos y se centra en lo esencial. Cada capítulo —por ejemplo «Vivir con el Padre», «Sacerdote para siempre», «Todo es Gracia»— no solo describe hechos, sino que permite vislumbrar el impacto de la vocación en su biografía.

Como apunta Alfonso Sánchez-Tabernero en el prólogo, Fuentes nunca ha dejado de ser periodista. Su manera de narrar lo confirma: busca «la espiga de grano entre la hierba» y la presenta sin artificios. Como una pluma blanca es un testimonio que se suma a muchos otros sobre el Opus Dei: está contado desde dentro, con la mirada de quien lo ha vivido y la capacidad de contarlo bien.