Richard Flanagan
Libros del Asteroide, 2025
296 páginas
18,90 euros
El origen del título de este curioso libro de memorias está en un relato de Chéjov. Unos escolares tienen que resolver un problema de matemáticas aparentemente típico, aunque con una pregunta —la número 7— incongruente. El cuento le sirve a Chéjov (y al australiano Richard Flanagan) para explicar el planteamiento y el objetivo de este texto: la literatura está para plantear interrogantes necesarios sobre los que no resulta nada fácil dar una única respuesta. Y eso es este libro: una pregunta sobre las raíces de su vida, sobre su tierra, sobre sus padres, sobre algunas de las historias que le han sucedido a lo largo de una vida azarosa. Este deseo engarza todo el volumen y se convierte, además, en una atrayente indagación sobre el valor de la memoria y de los recuerdos.
Resulta muy ingeniosa la manera que tiene Flanagan de enlazar historias muy dispares, aunque hay algunos temas recurrentes, como la estancia de su padre en un campo de concentración japonés durante la Segunda Guerra Mundial (así comienza el libro) o la creación de la terrible bomba atómica (una de cuyas consecuencias fue la posterior liberación de su padre). Flanagan señala la influencia de la literatura de H. G. Wells en la creación de aquella arma de destrucción masiva, como reconoce el científico húngaro Leo Szilard, uno de sus promotores. Él animó a Einstein a poner en marcha el Proyecto Manhattan, que luego el propio Szilard abandonó. Y se repite también el apego a su tierra, Tasmania, que arrastra una historia trágica en relación con los aborígenes, liquidados por los colonos que llegaron a Australia. Todos estos temas, mezclados, provocan, como las bombas nucleares, una poderosa reacción en cadena.
De manera ingeniosa, divertida, profunda, con puntuales y acertadas reflexiones metaliterarias —como cuando habla de las novelas de H. G. Wells y de los cuentos de Chéjov—, el autor escribe sobre su vida, sobre sus padres, sobre su tierra. Controla en todo momento la narración para que conozcamos su personalísimo testimonio con unos perplejos e insólitos recuerdos.