
Yu Hua
Seix Barral, 2010
Adaptada al cine por el prestigioso director chino Zhang Yimou y galardonada en Cannes en 1994, ¡Vivir! es sencillamente una obra maestra. Yu Hua (1960), uno de los autores más leídos en China, donde reside, recuerda el fortuito encuentro con un anciano campesino en una de sus correrías por diferentes pueblos del interior de China recopilando canciones populares. El anciano llevaba un buey viejísimo, al que no paraba de hablar para que se pusiese a trabajar. “Vi que la espalda del anciano y el lomo del buey eran igual de oscuros; dos existencias que entraban en el crepúsculo, surcando el duro suelo de ese campo, alzando terrones como olas en la superficie del agua”. El narrador entabla conversación con el anciano, que le acaba contando, y esa es la novela, su vida: “Hace más de cuarenta años, mi padre iba y venía por aquí a sus anchas, con su túnica de seda negra y las manos siempre a la espalda”.
Pero Fugui, el hijo, dilapidó la fortuna de su padre y llevó a toda la familia a la ruina. De terratenientes pasaron a trabajar duramente el campo en unas condiciones miserables, rodeados de tantas penurias que hacen mella en todos sus familiares. Sin embargo, ¡Vivir! no es una novela triste. Con sencillez, Fugui desgrana la sencillez de la vida en el campo, las duras jornadas dedicadas al trabajo, los pequeños placeres de la vida doméstica, la buena y delicada relación que existe entre todos los miembros de su familia...
La novela recorre diferentes momentos de la vida de la China contemporánea: la guerra civil, la llegada del comunismo, la irracional revolución Cultural... Estos sucesos exteriores, muy lejanos a las inquietudes cotidianas de los protagonistas, transforman indirectamente sus vidas, siempre a peor. Pero Fugui siempre mantiene el tipo: no queda más remedio.




