Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

La masacre de Maspero


El 9 de octubre de 2011, 28 cristianos coptos egipcios murieron a manos del ejército frente al edificio de la televisión estatal, en El Cairo. Unas 10.000 personas, en su mayoría coptos, aunque acompañados por activistas y manifestantes musulmanes, habían iniciado horas antes una marcha pacífica desde el barrio de Shubra para protestar por la inoperancia y la indiferencia de la Junta Militar gobernante ante la quema de una iglesia en un poblado cercano a Aswan, diez días antes, por un grupo salafista. Los cristianos habían pedido en vano la dimisión del gobernador de Aswan, que primero negó la existencia de tal iglesia y luego argumentó que no contaba con los permisos adecuados. Tras la masacre, se justificó alegando que la demolición de la iglesia había sido acordada con los coptos de antemano.

Cuando la marcha alcanzó el edificio de la televisión, rodeada de verjas y alambradas de espino y protegida por tanques, los manifestantes comenzaron a cantar consignas contra la Junta Militar, a lo cual el ejército abrió fuego como respuesta y, como se aprecia en los vídeos recogidos por los que se encontraban presentes, comenzó a atropellarlos con sus vehículos. El canal estatal, que informaba en directo, anunció a su público que los coptos iban armados y estaban atacando al ejército y animó a los cairotas que se encontrasen en los alrededores a que acudiesen en su ayuda. Los primeros informes oficiales tras los disturbios afirmaban también que los coptos habían atacado a los soldados, pero los vídeos y posteriores evidencias mostraban una manifestación pacífica que contradecía esta versión.

Cuatro días después de la masacre, el 13 de octubre, la Junta Militar anunció que las fuerzas armadas llevarían a cabo una investigación sobre los hechos, algo que las organizaciones de derechos humanos y los activistas calificaron de inaceptable, pues consideraban que cualquier resultado estaría manipulado.

En todo caso, y hasta el cierre de este número, ningún miembro del personal de la policía ni del ejército ha sido señalado como responsable, a pesar de que las autopsias señalan que 16 de las víctimas murieron por disparos de bala y otras 12 al ser atropelladas por vehículos a gran velocidad.  En cambio, 30 activistas fueron juzgados sin pruebas en tribunales militares, el más conocido de ellos el bloggero Ala Abdel Fatah, que permaneció en prisión tres meses sin que se consiguiese encontrar evidencia de su culpabilidad. 

Los únicos que han sido sancionados son el director de la sección de noticias de la televisión estatal, Ibrahim El-Sayed, y su editor jefe, Abdel Aziz El-Helw, que han recibido multas de 1.250 euros y 625 euros respectivamente y órdenes de no abandonar el país.