«¿Para qué nacer si nadie te espera al otro lado?», se pregunta el autor respecto a la infancia de Mireya, hija de la guerrilla colombiana y una de las siete mujeres protagonistas de este libro. Seres «errantes y erráticos» que, molidos por los golpes de la vida ─maridos nefastos, familias podridas, bandas, pillaje─, han tocado fondo. José Manuel Horcajo, doctor en Teología por la Universidad de San Dámaso, escribió la obra como un intento de mostrar la «presencia del Espíritu en la vida real, encarnada, sufriente, esperanzada, redimida y brillante, de algunas mujeres». Y es que, contra toda circunstancia, estas se levantan, tullidas, con cicatrices por dentro y fuera, pero con algo por lo que luchar. Daniela, por ejemplo, que acaricia su vientre, aún plano, llena de alegría por su reciente maternidad. O la joven Kerla, que pasó de contonearse en una barra de striptease a ir a misa todos los días y tener un deseo real de formar una familia. 

Siete diamantes en bruto, ocultos y maltratados, ahora joyas preciosas, talladas por el dolor. Torcuato Luca de Tena decía en la dedicatoria de su famoso libro: «Los renglones torcidos de Dios son, en verdad, muy torcidos». Sin embargo, Horcajo prefiere ver en estas mujeres una suerte de «solución del amor de Dios».