Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

50 años de ISSA: de San Sebastián al mundo

Texto Paula Zubiaur [Com Fil 11], Coro Aycart [Com 91] e Inés Escauriaza [Com 04] - Fotografía Archivo ISSA

El equipo de ISSA ha soplado cincuenta velas con la mirada puesta en el futuro. Pioneros en la formación universitaria de secretarias y asistentes de dirección, ISSA abandera la internacionalización de más de 3 200 graduados. Junto a ellos buscará sus nuevas líneas maestras en el simposio «Los próximos cincuenta años en la empresa».


«En el campus de San Sebastián, la sede de ISSA es el edificio de la Universidad mejor situado. Un palacete decorado con gusto, rodeado de jardín y en lo alto de una colina desde donde la mirada abarca el amplio e incomparable paisaje de la bahía de La Concha». Así describía el cronista de la Universidad, José Antonio Vidal-Quadras, el edificio donde se han formado ya más de 3 200 estudiantes. Una villa, Aldama-Enea, que ISSA va dejando poco a poco para instalarse en el campus de Pamplona.

El entonces Instituto Superior de Secretariado y Administración nació en la capital guipuzcoana en 1963. Un equipo excepcional capitaneado por María Luisa González, Chelo Guijarro y Chefi de la Macorra, que inició en España el primer centro universitario para la formación de secretarias y asistentes de dirección.

En 1966, las mujeres no constituían aún una muestra muy representativa en la universidad española y principalmente accedían a estudios de Letras. Ese mismo año, treinta y cinco estudiantes de ISSA recibieron el título para ejercer como secretarias de dirección. Ya entonces hubo graduadas de Perú y Bahamas.

En la década de 1980, alrededor de 500 jóvenes solicitaban ser admitidas, y hoy más de 200 alumnos estudian el grado en Asistencia de Dirección. María Jesús Álvarez, directora desde hace tres años, explica que «el desafío consiste en preparar bien a los profesionales para un entorno en permanente evolución, a base de mantener mucho contacto con el mundo empresarial».

Cristina Barbé [10] es un buen ejemplo. Después de terminar la carrera y cursar en Madrid un Máster de Protocolo, entró en un proceso de selección de una empresa que se dedica a la investigación. Competía con mil quinientos currículos de profesionales de todas las áreas, y entre los cinco finalistas hubo dos graduadas de ISSA. Después de tres fases de selección, ella ocupó el puesto.

Un asistente de dirección desempeña funciones muy amplias. Por eso hay antiguos alumnos que dirigen los servicios generales en un banca de inversión, como Helen Isaacs [89], o que trabajan de Project Manager en el sector automovilístico, como Adriana Osés [99]. Incluso quienes han creado aplicaciones móviles que cuentan con miles de descargas, como Carla Sacasas. También hay estudiantes que destacan, como Andrea Abad [13], galardonada con el premio Kutxa final de carrera. Para recogerlo, tuvo que volver de Alemania, donde acababa de firmar un contrato después de realizar las prácticas en EASA, la Agencia Europea de Seguridad Aérea.

Con el paso del tiempo, y gracias a los convenios que la Escuela de Asistencia de Dirección ha firmado a lo largo de estos cincuenta años, la internacionalización se ha convertido en una de sus principales señas de identidad. A la directora de ISSA le gusta decir: «No nos conformamos con el nivel que hemos alcanzado. Nos reinventamos constantemente».

ISSA quiere adaptarse a las necesidades de las compañías del futuro. Con este objetivo, y como colofón a los actos de su  aniversario, el centro ha organizado el simposio internacional «Los próximos cincuenta años en la empresa: desafío y crecimiento personal en un mundo globalizado», que se celebrará en San Sebastián los días 23 y 24 de mayo.