Disparos al aire
Al cementerio
John Donne enfermó de gravedad en 1623 y, postrado, compuso sus Devociones para circunstancias inminentes. Desde su cama escuchaba las campanas tocar a muertos. «Me indican que lo conocía, o que era mi vecino», escribió. Y también: «Nunca pidas a alguien que pregunte por quién doblan las campanas: están doblando por ti». Hoy apenas se visitan los cementerios. Quizá porque la cultura del ahora esteriliza la muerte y, al igual que el avestruz, hace como que no la ve. O, quizá, porque la erosión de los vínculos —la familia, la amistad— se ha vuelto tan desvergonzada que es incapaz de reconocer que toda la humanidad comparte fatigas y destino, que no somos islas. El caballero de las flores es un buen recordatorio: estamos juntos en esto.
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FOTO: Camino del cementerio (1960)
© Juan Dolcet, Museo Universidad de Navarra, VEGAP, Pamplona 2023.