La primera
Historias de esperanza
La Universidad debe contribuir a la «aventura de devolver el entusiasmo a un mundo cansado». Lo recordó nuestro Gran Canciller, Fernando Ocáriz, durante el acto de investidura de los nuevos doctores honoris causa, y coincido plenamente. Mirar al futuro con optimismo es uno de los rasgos esenciales de las instituciones educativas, aunque muchas veces no resulte fácil.
Determinadas circunstancias ponen entre signos de interrogación el juicioso dicho castellano «La esperanza es lo último que se pierde». Pero, quizá, tras esa somera mirada inicial, y observando con más esmero, brillen señales de que cabe esperar algo mejor, algo mayor aún.
Puede sorprender que uno de los libros más vendidos en España en 2019 se titule Cómo hacer que te pasen cosas buenas. En cambio, si uno le echa un vistazo descubre que su autora, Marian Rojas Estapé [Med 07], ofrece motivos para afrontar positivamente la vida. «Para superarse es necesario asumir el error y la imperfección, y reírse de uno mismo», cuenta en una entrevista en este número.
Se puede pensar también que los jóvenes salen de las aulas desilusionados y poco preparados para la vida adulta. Sin embargo, basta fijarse un poco más para encontrarse con personas como el veterano profesor Ken Bain, que defiende en estas páginas la necesidad de un cambio en el modelo educativo que lleve a los estudiantes a perder el miedo a equivocarse.
Otro tópico: en África se ve lo peor de la humanidad. Y aunque es un hecho que todavía existen conflictos armados, líderes déspotas, hambre, extrema pobreza y corrupción, no deja de ser cierto que a esta región del planeta la han llamado algunos el «continente de la esperanza». La verdad es que África se mueve y hay una juventud con acceso a formación cualificada y deseos de dar soluciones africanas a problemas africanos que está tomando las riendas de muchos países.
El mercado laboral se convierte con frecuencia en un motivo de zozobra. ¿Ha pensado usted lo complicado que resulta buscar trabajo si sufre síndrome de Down? Y una vez más encuentro razones para la esperanza, en esta ocasión en la historia de Eva Juárez, Teresa
Geisser y María Iglesias, tres chicas con capacidades diferentes que han impresionado al mundo con sus diseños de bolsos gracias a «El Lujo del 21», una iniciativa de la firma Magalie, ISEM Fashion Business School de nuestra Universidad y la fundación Down España.
Termino, cómo no, animando a leer estas historias con esperanza. En este tiempo nuestro hay muchos argumentos para mirar al futuro con confianza y optimismo. Tenían razón el Gran Canciller y el refranero español. Efectivamente, la esperanza es lo último que se pierde.
Jesús C. Díaz es editor de la revista Nuestro Tiempo.