La primera
Miradas que iluminan el mundo
Pensamos en la mirada como una operación pasiva por la que el mundo exterior entra en nosotros, nos impacta y provoca reacciones que van del miedo a la conmoción estética. Sin embargo, probablemente conocemos personas que poseen el don de transformar aquello que miran. A través de sus ojos transmiten la humanidad y la vitalidad que bullen dentro de ellas y que hacen que quienes tienen cerca se sientan más seguros o se vean llamados a acometer grandes retos. Suele hablarse de figuras carismáticas, magnéticas o que brillan con luz propia.
En este número hay ejemplos de esta peculiar cualidad. En In memoriam recordamos a nuestro tercer rector, Francisco Ponz, un hombre discreto y ejemplar que, tras una vida identificada con el encargo que recibió de san Josemaría —ayudar a sacar adelante la Universidad de Navarra—, falleció el 21 de diciembre a los 101 años al sufrir un desvanecimiento en el edificio Central. Luis de Moya, antiguo capellán, enfermo tetrapléjico en silla de ruedas durante casi tres décadas, se convirtió por su actividad pastoral y de divulgación en una referencia de la defensa de la vida. Su mirada, siempre agradecida, transformaba su alrededor. Y lo mismo puede decirse de la de otros profesores que han muerto en los últimos meses, como Carlos Sobrini, Antonio Monge y Esteban Santiago, que engrosan la lista de biografías pendientes de publicar.
El periodista Álvaro Sánchez Léon recoge la trayectoria de cuatro mujeres que han apostado por un mundo más humano, con una perspectiva amplia e inconformista. En Italia, China, Congo y Chile, Tiziana Bernardi, Pilar Tan, Celine Tendobi y María José López se han convertido sin quererlo en verdaderos faros al impulsar proyectos sociales que han salvado numerosas vidas y han dignificado muchas otras.
También la mirada de los científicos y los artistas vivifica. Como explica el experto en neurociencias José Luis Lanciego, los investigadores deben fomentar una actitud tan iluminadora como humilde cuando se aproximan a realidades complejas, como el cerebro. Y, por supuesto, necesitamos el arte y su visión rescatadora de viejos tesoros y constructora de obras imperecederas. En estas páginas recogemos dos ejemplos: la aportación del musicólogo Albert Recasens, que recupera piezas del Renacimiento y Barroco español, y un homenaje a Miguel Delibes y Ángeles de Castro, esa señora de rojo sobre fondo gris sin la que el escritor vallisoletano decía perder el equilibrio.
Una alusión final a una persona muy apreciada en Nuestro Tiempo: Ángel Benito, director entre 1966 y 1974, fallecido en diciembre. A él dedica una columna su heredero al frente de la revista, Esteban López-Escobar. Dos ejemplos más de mirada profunda, llena de curiosidad para entender nuestra historia y explicarla a través del buen periodismo.
Jesús C. Díaz es el editor de Nuestro Tiempo