La primera
¿En qué mejorar?
Cuando me ofrecieron ser editor de Nuestro Tiempo, en un primer momento sentí miedo de no estar a la altura de lo que representa esta cabecera. Pero mis dudas se disiparon pronto. No por mis cualidades —lo digo con sinceridad— sino porque sé que puedo contar con la ayuda de tantos profesores, investigadores, alumnos, personas de administración y servicios, Amigos de la Universidad y el gran valor de los alumni. Me lo han demostrado a lo largo de mi trayectoria en el área de Comunicación Externa y en la dirección durante veinte años de la revista Redacción.
Además, tomé conciencia del privilegio que supone continuar con el legado de su fundador. Antonio Fontán escribió en el primer número una inspiradora frase que define el propósito de la publicación y que se ha convertido en mi punto de referencia: «Aspira a ser una revista que recoja los latidos de la vida contemporánea, que oriente acerca de los hechos, las ideas y los hombres que definen nuestra época, constituyen el presente y están creando el mundo del mañana».
He asumido con ilusión y responsabilidad el compromiso de hacer cuanto esté en mi mano para dar continuidad a la esencia de Nuestro Tiempo: un vínculo de unión entre los antiguos alumnos de la Universidad, una escuela de periodismo dentro de la Facultad de Comunicación y una plataforma para que los profesores afronten el reto de la divulgación científica y cultural.
Quiero aprovechar este primer editorial para agradecer al equipo
—encabezado por Ana Eva Fraile [Com 99]— su acogida, y a mi antecesor que aceptara quedarse como colaborador en esta nueva etapa. No podíamos perder a este gran periodista y profesor que es Miguel Ángel Iriarte [Com 97 PhD 16]. También traslado mi gratitud a todos los columnistas por haberme dado su apoyo.
Creo en las aportaciones como un camino imprescindible para avanzar. En una ocasión asistí a una conferencia impartida por Nuria Chinchilla, experta en dirección de personas en las organizaciones, que posee una especial capacidad de comunicación. Como somos amigos, al final me acerqué para felicitarla por su intervención. Después de unas palabras de agradecimiento por su parte, me preguntó enseguida: «¿En qué he fallado? ¿En qué debo mejorar para la siguiente?». Me quedé sorprendido por su categoría y su humildad.
Desde entonces procuro aplicar esa máxima y difundirla a mi alrededor. Ahora, con más razón, en esta nueva aventura periodística. Espero vuestras impresiones acerca de los temas tratados, el diseño y cuantas sugerencias deseéis aportar sobre posibles contenidos. Contáis con mi promesa de estudiarlas con sumo interés.
Como escribió el profesor Leonardo Polo: «Lo ilusionante es ir más allá, crecer, aportar. La comunicación genera valor añadido».
jediaz@unav.es