Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

2022: una cosecha de oro para el cine español

Texto: Ana Sánchez de la Nieta

Durante el obligado barbecho pandémico, muchos directores y guionistas se dedicaron a soñar y pulir historias para la pantalla grande. Quizá sea esta la razón por la que la última cosecha del cine español ha sido sobresaliente.


Los hechos son los que son: una decena de películas sobresalientes. Me refiero a Alcarrás, As bestasCinco lobitos, La maternal, Girasoles silvestres, Un año, una noche, Suro, El comensal, El agua, Modelo 77 y no tengo en cuenta documentales interesantes, como El techo amarillo o El crítico, y comedias sencillas pero dignas, como Un novio para mi mujer o Voy a pasármelo bien. En definitiva, la cosecha es abundante y de calidad. Una cosecha que, en muchos casos, se fraguó —bien la idea inicial, bien la escritura del guion— durante los días de aislamiento y en la que observamos algunas notas comunes.

Es significativo que la mayoría de estos directores rondan los cuarenta años. Pertenecen, por lo tanto, a una generación diferente, más joven. Y, si no, que se lo digan a Woody Allen. Además de por edad, esta generación es mucho más neutral en su posicionamiento político. Pocos imaginamos a Carla Simón o a Rodrigo Sorogoyen en la célebre foto de la ceja a la salida de unos Premios Goya.

La protagonista de la gran gesta cinematográfica de 2022 fue Carla Simón, que ganó el Oso de Oro en el Festival de Berlín por Alcarrás, un notable drama familiar. Elena López Riera sorprendía en Cannes con su arriesgada El agua. Pilar Palomero se atrevía a meterse —con sensibilidad y profundidad— en el agitado jardín del embarazo adolescente en La maternal, y Alauda Ruiz de Azúa, además de ganar el Festival de Málaga, conseguía que coincidieran la crítica y el público con Cinco lobitos, posiblemente la película española más conmovedora del año pasado. En definitiva, la incorporación de la mujer a la dirección le ha sentado de maravilla al cine español. 

En cuanto a los géneros, barre el drama. En ese sentido, destaca As bestasel magnífico thriller de Rodrigo Sorogoyen. Basándose en un espeluznante crimen real, el cineasta madrileño ha vuelto a demostrar que es un maestro en el dominio del suspense. Un suspense que pone al espectador en un incomodísimo lugar —reconozco que la primera vez no logré terminar de ver la película— para luego empujarle a una severa reflexión sobre el perdón y la importancia de no dejar que crezcan en el corazón las malas hierbas del rencor y de la envidia. Aunque más convencional, también resulta meritorio Modelo 77, el thriller de Alberto Rodríguez, basado asimismo en un hecho real, en este caso el motín en la cárcel Modelo de Barcelona en 1977.

Dos películas abordan las consecuencias del terrorismo y la dificultad de recordar y, al mismo tiempo, perdonar. El comensal, de Ángeles González Sinde, se centra en un hogar que ha sufrido el zarpazo del terrorismo de ETA. Décadas después, la sombra del dolor y la muerte atenazan el futuro de la familia. Un año, una noche traslada a la pantalla grande las memorias de un superviviente del atentado en la sala de fiestas Bataclán. Un oscuro y absorbente drama bien adaptado y dirigido por Isaki Lacuesta

Pero si tenemos que encontrar un nexo casi común en muchos de estos títulos sería una visión de la familia muy positiva. Aunque hablamos de historias complejas —nada de mundos Disney— con problemas serios de incomunicación o abismo generacional, Girasoles silvestres, Cinco lobitos o Alcarrás transmiten una percepción alentadora: con sus claroscuros, la familia es un terreno firme. Quizás uno de los pocos en una sociedad en la que escasean los referentes morales. En la mayoría de estas películas el bote salvavidas es, al final, el amor imperfecto pero desinteresado de padres —y sobre todo madres— e hijos. Se acuerdan de otro momento reciente en el que descubrimos la importancia de la familia, ¿verdad? No digo nada.

Estas son solo algunas notas comunes. Y ustedes, queridos lectores,seguro que descubrirán otras si se dan una vuelta por la suculenta cartelera española de 2022.

 

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