Amnesia australiana, acción frenética y humor negro
CRÍTICA DE SERIE. HBO, 2022 | Guion: Harry y Jack Williams | Dirección: Chris Sweeney | 1 temporada
Aunque parezca mentira en este mundo tan intenso, aún quedan muchas series que reivindican esa tarea tan noble de entretener, sin dar turra moralista ni aspirar a cambiar el mundo. The Tourist —en España, por HBO Max— es un inmejorable ejemplo. Con el sello de calidad que siempre imprime la BBC, esta propuesta de seis vertiginosos episodios nos sumerge en un absorbente viaje de crímenes y falsedades por la Australia profunda; el Outback, como lo apodan entre canguros.
Con un arranque de infarto por el desierto oceánico, The Tourist se nos presenta como una mezcla de Memento y El diablo sobre ruedas, aquella agobiante persecución por carretera que dio a conocer a Spielberg. La premisa es suculenta: tras un brutal accidente provocado, un hombre —estupendo Jamie Dornan— se despierta en un hospital australiano. Padece amnesia, por lo que debe tirar del hilo de las escasísimas pistas que tiene para descubrir quién demonios es. Kafka en las antípodas. ¿El problema? Que demasiada peña parece interesada en querer borrarlo del mapa.
Esto regala una trama de acción cardiaca —espectacular en visualidad y ritmo—, donde el protagonista tiene que enfrentarse a una violencia casi bíblica, con un Mal que se antoja mecánico, arbitrario y cruel (de ahí la calificación para mayores de 16 años). Repleta de giros inesperados, de esos que te hacen recoger la mandíbula del suelo, The Tourist también se beneficia de un descacharrante humor negro que, aunque pueda sonar paradójico, hace a los personajes más humanos; el cinismo y el vacile para conjurar el espanto del heraldo de la muerte que interpreta el gigantón islandés Ólafur Darri Ólafsson.
Esta frescura en el tono favorece mucho el dibujo de los personajes. Está la tradicional bonhomía rural australiana, la complejidad de villanos que van desvelando capas y una deliciosa policía inexperta (Danielle Macdonald) que multiplica la resonancia de la trama de acción. En un diálogo de restaurante donde una pistola cargada comparte mesa con burritos y margaritas, su personaje, Helen Chambers, apunta la clave: «Estás obsesionado por descubrir quién eras. ¿Por qué no empiezas a averiguar quién eres?». Porque, tras la muy entretenida peripecia narrativa, The Tourist es también un relato sobre la identidad, el peso del pasado, las segundas oportunidades y el precio que estamos dispuestos a pagar… por conocernos realmente.