Dirección: P. Docter, K. Powers Guion: Docter, Jones, Powers Para adultos inquietos y niños inteligentes.
Cada año Pixar entrega a su rendida audiencia —rendida con razón, pues motivos de admiración nos ha dado la compañía del flexo— una cinta que suele convertirse en la película familiar del año. No pocas veces hacen coincidir ese estreno con las fiestas navideñas.
El año del covid-19, el todavía cercano 2020, Pixar no estrenó en cines, pero aprovechó el día 25 de diciembre para ofrecer a los suscriptores de su plataforma (Disney+) su atávico título anual: Soul, la historia de un músico de jazz que tiene que afrontar la separación de alma y cuerpo antes de tiempo.
Soul es, hasta ahora, el film más adulto de Pixar. Y lo es por su temática, que aborda cuestiones antropológicas e incluso metafísicas que requieren un segundo visionado; por su banda sonora, la música de jazz está a años luz de las tradicionales canciones de Disney; y por su diseño visual, mucho más minimalista, original y expresionista.
Dicho esto, el talento de Pixar es tal que el público infantil, entendiendo menos, disfrutará del mundo imaginario donde transcurre la historia y de esos maravillosos personajes redondos, inquietos, activos y todavía por formar en los que, sin duda, se verán reflejados.
En resumen, otra obra de arte, en este caso capitaneada por Pete Docter (Up), que vuelve a demostrar que la infancia no está reñida con la inteligencia y que la narrativa es una herramienta perfecta para abordar las grandes cuestiones que interpelan al ser humano.