Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

Hugo Cabret, de Martin Scorsese: en busca de Georges Méliès

Texto Jorge Collar

La última película de Martin Scorsese rinde homenaje al padre del cinematógrafo: Georges Méliès.


De entrada, una caída en picado sobre el París del final de los años veinte, reconstruido en imágenes de síntesis. Es en París donde vive Hugo Cabret (Asa Butterfiel), un huérfano de 13 años, apasionado de la mecánica, que ha encontrado la forma de introducirse en la maquinaria compleja del reloj monumental de la Estación de Ferrocarril de Montparnasse utilizada como observatorio de la vida de los peatones. Desde allí comprueba que el policía que regula el tráfico se interesa por Lisette, la florista de la Estación, aunque Hugo está intrigado, sobre todo, por papá Georges (Ben Kingsley), que tiene una pequeña tienda de golosinas y de objetos diversos. Hugo es un muchacho misterioso que vive del recuerdo de su padre, muerto en circunstancias trágicas, del que ha heredado un autómata inmóvil que desearía reparar. 

Pero el recuerdo de su padre no es el único misterio de París. Papá Georges, que fue en otro tiempo prestidigitador y mago, que conoció la gloria, pero hoy rumia la angustia del fracaso y de la incomprensión, es en realidad un genio olvidado, pionero de un nuevo arte: el cinematógrafo. Perseguido por sus acreedores, ha renunciado a sus sueños. Es Georges Méliès.

Para comprender y apreciar la nueva película de Martin Scorsese es preciso saber al menos tres cosas. La primera, que Scorsese ha puesto en los últimos años toda su energía en la conservación del patrimonio cinematográfico mundial. Para ello ha creado varias instituciones que han conducido a la World Cinema Foundation, destinada a la preservación y a la restauración de películas, en particular de aquellos países que no cuentan con medios económicos suficientes.

El segundo elemento que hay que tener en cuenta es la gran admiración que Scorsese ha tenido siempre por Georges Méliès, verdadero inventor del cine como diversión y creador de lo que mucho más tarde se conocería como “efectos especiales”, en progreso acelerado en los últimos años. Su aventura representa la prehistoria del cine, fue el primero en construir un estudio, pero más tarde, con la concurrencia de los hermanos Lumière, su empresa entraba en crisis hasta tener que interrumpir su actividad creadora en 1913. A partir de entonces, ya viudo y después de un matrimonio con una de sus actrices, se convirtió en el modesto vendedor de la Estación Montparnasse que la película de Scorsese presenta.

Todo ello explica –y este es el tercer elemento– el interés que despertaba en Scorsese la novela de Brian Selznick, que recreaba a través de un personaje de ficción el personaje real de Georges Méliès

De las 600 obras que Méliès realizó durante 17 años de creación, muchas se han perdido definitivamente, pero se han podido salvar algunas capitales, como El viaje a la luna, cuyas imágenes ilustran todas las historias del cine. Una versión de esta película llega hoy a las pantallas acompañada de un documental (Le voyage extraordinaire, de Serge Bromberg y Eric Lange) que explica la larga y difícil operación de conservación de esta obra. También conviene precisar que Georges Méliès fue reconocido en 1929 por Léon Druhot (en la película interpretado por Christopher Lee), director de la revista Cine-Journal, y que su nombre fue rehabilitado ante el gran público.

Todos estos elementos no aparecen inmediatamente en la película de Scorsese, pero pueden enriquecer la comprensión de la obra. La relación entre Hugo Cabret y Georges Méliès puede aparecer como un verdadero artificio, y la película oculta en su primera parte la verdadera identidad de Méliès. Todo se compensa en la última parte de la obra, que es claramente un homenaje a Méliès, con la utilización de imágenes de sus películas. Y un último detalle marca el carácter y la singularidad de Hugo Cabret: Scorsese emplea por primera vez el relieve. Así se completa todo el recorrido desde los primeros balbuceos de los efectos especiales hasta las técnicas más perfeccionadas que se concretan en la imagen tridimensional.


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Categorías: Cine