Vinieron como golondrinas
Nada nuevo bajo el sol
William Maxwell Libros del Asteroide, 2006 203 páginas, 15,95 euros.
La mejor novela sobre el coronavirus la escribió en 1937 William Maxwell, editor de voces como las de O’Connor, Updike o Salinger. De niño perdió a su madre por la gripe de 1918. Su narración de una familia truncada por el virus, además de dibujar una excelente novela, tiene paralelismos asombrosos con nuestra experiencia de confinamiento y desfase. Cómo los niños no creen que no deban ir al colegio, cómo las ancianas no entienden que no pueden ir a la iglesia, cómo los hombres de negocios se resisten a no viajar en tren. Y, más que nada, qué igual es el dolor de ahora al de entonces. «Era probable —escribe Maxwell— que algún otro individuo pasara toda la noche despierto en ese mismo hospital, atento a la contracción y expansión de sus pulmones, contracción, expansión, hasta que todo su ser se viera reducido al esfuerzo de respirar por alguna otra persona…». Pero no se imaginaba cuánto.
Teo Peñarroja