Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

El caso de «She’s Leaving Home»


Aparte de ser consideradas unas obras de arte imperecederas, algunas canciones de los Beatles están llenas de contenido y de mensajes universales, especialmente las compuestas entre 1967 y 1969, un periodo en el que se muestra una mayor madurez creativa del grupo. Como ejemplo, merece la pena rescatar la interpretación que realiza Mark Hertsgaard de la canción «She’s Leaving Home», en su libro Los Beatles. Un día en la vida. Esta canción figura en el Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (1967), que para muchos es el disco más influyente de la música moderna. 

Temática universal: adolescencia

 «She’s Leaving Home» («Ella se va de casa») narra de manera dramática la huida de una adolescente solitaria que abandona a sus padres mientras ellos duermen, en medio de una tenue sinfonía de violines melancólicos. A través de un emotivo diálogo entre los padres y la adolescente, refleja la realidad en términos tan universales que podrían darse en cualquier latitud. La melodía expresa de modo delicado pero desgarrador la comprensión de sus autores hacia las dos partes —los padres y la hija—, pero no exime de responsabilidad a ninguno de los protagonistas. 

Una canción en tres actos

 La historia contiene elementos dramáticos: en el primer acto, la chica sabe que debe partir y vivir su propia vida, y sin embargo su partida la entristece casi tanto como le entristecerá a su madre al descubrir la carta de despedida que la adolescente ha preparado antes de su huida. En el segundo acto, mientras el padre ronca —típico recurso ingenioso de los Beatles, lleno de ironía, para desdramatizar dramatizando—, la madre lee la carta y rompe a llorar. Su lamento («Daddy, our baby’s gone!» —«Papá, nuestra niña se ha ido») expresa el mismo exceso de protección que ha impulsado a la huida a su hija. En el tercer acto, la chica ha logrado escapar y se prepara para introducirse en el mundo adulto citándose con un futuro alguien relacionado con el mundo del motor («from the motor trade»). 

John y Paul toman partido

La canción, interpretada en forma dialogada por John Lennon y Paul McCartney, produce escalofríos si se comprende todo su contenido. Este es otro fenómeno de las canciones de los Beatles: uno puede escucharlas por pasar un buen rato o puede entrar en ese universo capaz de suscitar las preguntas más profundas con pocas palabras. Paul toma partido —algo idealizado— por la chica, y las respuestas de John —quien habla en nombre de los padres— garantizan que la canción transmita la complejidad de las relaciones humanas. El optimismo algo ingenuo del primero y el dramatismo del segundo reflejan lo opuesto del carácter de ambos compositores. Precisamente esa dualidad les permitió crear esas canciones tan sublimes, hasta que se cansaron el uno del otro. John no duda en condenar el amor posesivo de los padres, aunque la frase final advierte contra la tentación de arrojar la primera piedra, porque los padres son más ciegos que malévolos («What did we do that was wrong? / We didn’t know it was wrong» —«¿En qué nos hemos equivocado? / No sabíamos que cometíamos un error»). Pero el mal ya está hecho, y la canción termina con un descenso progresivo de la música, que aumenta su melancolía, y deja suavemente la pelota en nuestro campo para intentar no repetir los mismos errores una y otra vez.