Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

La alianza del arte y la fe


A la espera del Papa. A falta de unos meses para la consagración de la Sagrada Familia, el cardenal Tarsicio Bertone, secretario de Estado del Vaticano, ya adelantó el pasado mes de marzo que Benedicto XVI quedará “maravillado” ante la “grandiosidad” del templo. En la entrevista que mantuvo con los periodistas de La Vanguardia Enric Juliana y María-Paz López, Bertone recordó el encuentro que el Santo Padre mantuvo en la Capilla Sixtina con los artistas el 21 de noviembre de 2009, y aseguró que “la inauguración oficial” de la Sagrada Familia rubricará “la alianza histórica entre el arte y la fe”, de la que Gaudí es una de las muestras más evidentes. “El Papa –añadió—confirmará su aprecio por el arte, especialmente cuando interpreta los valores más significativos de la alabanza a Dios y de la inteligencia del ser humano, hecho a imagen y semejanza de Dios”. Los periodistas también preguntaron a Bertone por sus impresiones. Y esta fue su respuesta: “He comprobado directamente el estado de ejecución del grandioso proyecto del arquitecto Gaudí, e informaré al Santo Padre. He visto la bóveda, la maravilla, la complejidad; para llevar a cabo el proyecto de Gaudí se necesitan otros genios. El Papa quedará maravillado. Su visita lanzará el templo al mundo”.
    
Hasta 2025. En la Sagrada Familia se trabaja desde hace meses a un ritmo trepidante para que el interior del templo esté terminado cuando el próximo 7 de noviembre lo visite Benedicto XVI. Se pretende que el edificio sea ya entonces “un espacio cerrado”. Los cálculos estiman que unas 30.000 personas podrán asistir a la ceremonia de la consagración: 10.000 en el interior y el resto en las plazas adyacentes, en las que se instalarán pantallas gigantes. Juan Pablo II también visitó el templo durante su viaje a España de 1982. Su sucesor será quien lo inaugure, aunque a las obras aún les queda mucho: las torres no estarán terminadas por completo antes de 2025. Al ser un templo expiatorio, la Sagrada Familia se costea únicamente con las aportaciones de los fieles.

De las vagonetas a las grúas. En la página web de la “Fundación de la Junta Constructora del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia” se explica que cuando se empezaron las obras del templo, en 1882, los arquitectos, los albañiles y los obreros trabajaban de una forma muy tradicional. Gaudí hizo construir vías con vagonetas para transportar los materiales, fabricar grúas y situar los talleres a pie de obra. Hoy, 128 años después, se sigue la idea original de Gaudí y, como hizo el arquitecto, se aplican las mejores técnicas para una construcción más segura, cómoda y rápida. Ya hace tiempo que las viejas vagonetas dieron paso a potentes grúas mecánicas y que las antiguas herramientas manuales se han sustituido por precisas máquinas eléctricas.