Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 718

"Los profesores dicen que es muy gratificante que haya gente con tantas ganas de aprender"


"Lo hacemos todo juntas”, dicen al unísono, y no es una exageración. Alicia Garisoain y María Victoria Arrechea son amigas desde hace muchos años, y comparten inquietudes y ganas de vivir con intensidad. Llevan dos cursos asistiendo a las clases del Programa Senior y dicen que repetirán en futuras ediciones. “El trato con los alumnos por parte de la Universidad es exquisito. Nos sentimos muy mimadas. Y es un lujo tener a profesores tan buenos explicándonos las cosas. Lo que hacen con nosotros es casi una obra de caridad”, cuenta Alicia.

Tanto Alicia como Mariví tienen carreras universitarias (Derecho y Filosofía, respectivamente), y son conscientes de que no es el caso de muchos de sus compañeros en el Programa. Aunque Alicia reconoce que a veces se dan situaciones “incómodas” para los profesores, que son de gran nivel, cuando las preguntas “no están a la altura”, Mariví le matiza: “Ellos (los profesores) dicen que es muy gratificante que haya gente con tantas ganas de aprender”.

Alicia hace hincapié en el placer que supone “aprender por aprender”, sin las presiones de la asistencia obligatoria ni las calificaciones. “Si me viera mi padre, con lo mala estudiante que era…”, bromea. Aún así, ambas asumen con bastante naturalidad el volver a ser estudiantes. “La Universidad está igual que cuando estudiábamos, en los setenta”, comenta Mariví, que cree que la seguridad en los accesos y los aparcamientos es la mayor diferencia. “A algunas de mis amigas les causa una revolución el ir a la universidad a esta edad. Supongo que yo, como ya fui universitaria, me lo tomo con más tranquilidad”, comenta entre risas Alicia, que además ha estado en contacto con el mundo universitario durante muchos años a través de sus hijos estudiantes. Las dos ocupan el resto de su tiempo libre entre obligaciones con familiares que tienen problemas de salud, asistencia a espectáculos culturales como conciertos u obras de teatro. También hacen yoga, o gimnasia, sobra decir que las dos juntas. Pero hay otra actividad que les llena aún más: su colaboración con una asociación que reúne a enfermes de cáncer y a sus familiares. Habían asistido a otros cursos de este tipo, pero el ambiente entre los alumnos del Programa Senior es mucho mejor, según cuentan. “Los perfiles son muy heterogéneos, pero en realidad es gente humilde. Y es muy agradable que no sea una competición de ir bien vestidos, ni de estilo, por ejemplo, como pasaba en otros cursos”, apunta Mariví. Alicia abunda: “Con todas las diferencias, hay muy buen ambiente. La gente se involucra mucho y nos llevamos muy bien”.