Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

El siglo XX también tiene rostro de mujer

Texto: Onésimo Díaz, autor de «Mujeres protagonistas del siglo XX», Teo Peñarroja [Fia Com 19] y Ana Eva Fraile [Com 99] Ilustración: Concha Martínez Pasamar [Filg 90 PhD 95 His 04]

Ellas estuvieron ahí: en la Gran Guerra, en la lucha por los derechos, en Chernóbil, en los círculos intelectuales y dirigiendo uno de los diarios más importantes del mundo. Las vidas de estas cinco mujeres atraviesan y configuran la historia del convulso siglo XX.


¿Se pueden resumir cien años en un titular? Si el filósofo José Ortega y Gasset aceptara el reto, diría que el siglo XX se caracterizó por la rebelión de las masas. Para el intelectual Eric Hobsbawn, fue el momento de las utopías, el advenimiento de una sociedad más justa en la que el capitalismo perdería terreno ante el comunismo. Los ojos del historiador Tony Judt nunca volvieron  a ver el mundo igual después del Holocausto. Y, según el magnate Henry Luce, propietario de las revistas Time y Life, supuso la primera gran centuria de los Estados Unidos. Otros consideramos el siglo pasado como la época de la irrupción de las mujeres en la historia: las sufragistas, las trabajadoras en oficios prohibidos hasta las dos guerras mundiales, las estudiantes cada vez más numerosas en las aulas universitarias... Para algunos, el siglo XX ha sido el de la mujer.

La escritora rusa Nina Berbérova escribió en su autobiografía El subrayado es mío (1969) su aventura existencial primero en una familia acomodada y culta en San Petersburgo antes de la revolución bolchevique, y después, al perderlo todo, en varias ciudades de Europa y Estados Unidos.  A pesar de sufrir el hambre y el frío en Berlín y París, declaró que se sentía agraciada por haber vivido en el único siglo en el que una mujer podía ser libre: «Soy libre de vivir donde y como quiera, de leer, de pensar lo que quiera, de escuchar a quien quiera […]. Vivo en medio de una increíble e indescriptible abundancia de preguntas y respuestas y, para ser absolutamente sincera, diré que las desdichas de mi siglo más bien me han servido: la revolución me liberó, el exilio me templó y la guerra me proyectó hacia otro mundo».

A lo largo de estos cinco perfiles, que se publicarán periódicamente, recorremos la historia reciente de la mano de la escritora cosmopolita, tan norteamericana como francesa, Edith Wharton, que se convirtió en corresponsal de guerra a los 52 años; de la periodista norteamericana Dorothy Day, que fundó el diario The Catholic Worker a los 36; de la premio nobel de Literatura bielorrusa Svetlana Alexiévich, que recibió el galardón con 67; la narradora británica Jane Hawking, que publicó su mejor libro a los 71; y la editora norteamericana Katharine Graham, que tomó las riendas de The Washington Post con 46 años. 

En una época herida por dos guerras mundiales y continuados conflictos civiles por todo el planeta, donde se entremezclaban el dolor humano y la búsqueda del progreso, estas cinco mujeres encontraron su propia «ventana de narración». Aquella de la que hablaba Carmen Martín Gaite en Nubosidad variable y gracias a la que los surcos de su memoria comenzaron a cicatrizar. De su ventana a la nuestra.