Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

Las ganas de seguir el show

Texto: Daniel Dols Bruno [His Com 19] | Fotografía: Xavi Torrent

Una de las bandas señeras del 'indie' español, Love of Lesbian, celebró un concierto-ensayo el 17 de abril en Barcelona para que su público le ayudara a elegir el repertorio con el que girarán en verano. 'Nuestro Tiempo' se coló y pudo escuchar antes que nadie «Contradicción», un tema en el que colabora Rigoberta Bandini y que supone el primer adelanto del que será su próximo álbum… y quién sabe si el último.


Love of Lesbian lleva tocadas dos canciones cuando Santi Balmes se detiene al borde del escenario y pregunta a las mil personas que llenan el Teatro Victoria, en Barcelona, que le señalen una butaca vacía. Baja hasta la cuarta fila y toma asiento. Suena un piano, las luces se vuelven de un rojizo anaranjado, como de atardecer. Entre el público se escucha algún grito tímido de emoción porque saben lo que va a cantar, y lo canta: «Ya ves, soy un loco, y son más de las tres. Ya sé que está mal romper ventanas de un bloque para encontrarte y decirte: “No habrá más reproches”».

Santi se levanta y sale al pasillo central. En el anfiteatro, la gente se acerca a la barandilla para verle interpretar «Incendios de nieve». Encuentra otro asiento vacío en la duodécima fila y una pareja, que se lanza pellizcos del asombro, se pone en pie para dejarle pasar. Los móviles le rodean cuando acomete el estribillo: «Porque el miedo al fin cayó, al fin cedió». Un chico llora dos filas por delante cuando Balmes se calla y deja al público corear esas palabras que en cualquier lugar no significan nada, pero que aquí, en este momento, son el nombre de tantos recuerdos: «Barimbaraum, barimbaraum». Los aplausos apagan los últimos acordes de la canción y la banda pregunta a sus fans si les gusta que ese tema suene el tercero, en vez de al final. De la oscuridad emergen numerosas papeletas blancas.

Son apenas las seis de la tarde del 17 de abril de 2024. Hoy reaparecen tras la actuación con la que despidieron hace cinco meses la gira de Viaje épico hacia la nada en un WiZink Center abarrotado. Ahora, en un reencuentro más íntimo, se han citado de nuevo con sus seguidores para poner a prueba el repertorio con el que girarán en verano. Lo han llamado concierto-ensayo porque quieren que el público participe y les ayude a resolver algunas dudas sobre el show. 

Antes de empezar, Jordi Roig, guitarrista, reparte hojas con la lista de temas que van a tocar; Oriol Bonet, batería, acompaña a los recién llegados a sus asientos; Santi Balmes, cantante y líder, toca con el piano la melodía de «The Final Countdown» mientras Julián Saldarriaga, guitarrista y corista, explica desde el escenario la dinámica del evento. En algunos momentos, la banda pedirá su opinión: si están a favor, deberán alzar la tarjeta blanca que les han entregado; si no, la roja.

Entre el público hay familiares y personas de su círculo cercano, padres con hijos, grupos de amigos, parejas, gente que ha ido sola. Camisetas blancas con lemas de algunos discos y camisetas negras con las letras de otros. Brazos tatuados con frases de canciones. Mochilas de universitarios y maletines de los que se han escapado un poco antes del trabajo. Cabezas que se agitan al arrancar «Los irrompibles». Miradas cómplices durante «Nadie por las calles». Palmas que abrazan «Cuando no me ves». Y una pregunta gritada por todos cuando Santi les cede la mejor parte de «Sesenta memorias perdidas»: «Siempre me dicen: “Deja la cabeza y hazle caso a tu corazón”. Pero ¿qué hacer cuando tu corazón está fatal de la puta cabeza?».

Entonces toca votar de nuevo. Las manos ondean una mayoría de papeletas blancas para que «Los seres únicos» entre en el repertorio de la gira. Después, «Bajo el volcán» da paso a un viaje en el tiempo: «1999». En el patio de butacas, algunas manos se entrelazan, otras enjugan lágrimas. Las de Santi Balmes se aferran a su camisa mientras, con los ojos cerrados, canta aquello de «Y a medias del viaje callo a gritos que no quieras bajar. Y pierdo la conciencia cuando escucho cmo dices: “Que sea cierto el jamás”». Por segunda vez, Santi baja del escenario. Suena «Allí donde solíamos gritar» y se abraza a la madre de Julián Saldarriaga.

Solo hay una canción que el público no canta. Pertenece al próximo disco de Love of Lesbian: Ejército de Salvación. La banda pide, por favor, que nadie grabe. Falta una semana para que se estrene [el lanzamiento tuvo lugar el 26 de abril], pero quieren tener el detalle de tocarla por primera vez aquí. Anuncian el título, «Contradicción», y en la pantalla aparece una mujer a la que el auditorio tarda poco en reconocer: Rigoberta Bandini. Al acabar, la valoración es unánime. Todo el Teatro Victoria aclama: «¡Pedazo de tema! ¡Pedazo de tema!». Julián pregunta si la voz en playback les ha gustado. Han discutido mucho sobre si dejarla en los directos. Y una marea blanca responde. El guitarrista intenta retomar la palabra, pero los gritos le frenan. «¡Pedazo de tema!». El entusiasmo es tal que, tras tocar «Belice», «Me amo», «Si tú me dices Ben, yo digo Affleck» y la legendaria «Club de fans de John Boy», los fans prefieren escuchar «Contradicción» de nuevo antes que «Toros en la Wii». Al terminar, el ejército de salvación de Love of Lesbian ya tenía a sus primeros mil soldados.

 

¿ÚLTIMO DISCO?

 

Love of Lesbian se ha paseado por los auriculares de sus seguidores más de veinticinco años. El disco que estrenarán el 11 de octubre, sin embargo, quizá sea el último. En la conversación que Santi Balmes mantuvo con el comunicador David Escamilla y que se ha publicado bajo el título de Esa pieza que no encaja, el líder de la banda barcelonesa desliza la duda de que el próximo trabajo podría abrir otra etapa en su carrera artística: «Queremos dejar de seguir este eterno ciclo disco-gira-disco-gira-descanso, así hasta la eternidad. Me gustaría recuperar el motivo por el cual me metí en esto. Para crear. Y eso significa invertir el tiempo que pasamos de gira en beneficio de crear más y más, sea bajo el paraguas de Love of Lesbian o en otro tipo de proyectos, tal vez. Cantar en catalán, que es mi lengua materna y a quien le debo algo muy íntimo. O extremar por otros lados, desde la canción más calmada hasta el humor más irreverente. Creo que será sano poner tierra de por medio y huir de la autopresión que me he creado cada vez que es momento de sacar un disco de Love of Lesbian». Al preguntarle sobre qué pasará después de eso, Balmes contesta: «Si la salud, el público y nuestra lealtad continúan como ahora, volver. Con mis Love of Lesbian, seres humanos con los que he compartido los mejores años de mi vida artística y también personal. Joder, con mis amigos».

 

La semana que viene, más

 

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Categorías: Música, Sociedad