
Catalina León
Rialp, 2025
324 páginas
22 euros
Catalina León ha publicado El ideal masculino en Jane Austen en el año en que se celebra el 250 aniversario del nacimiento de la escritora británica. Si en un primer ensayo (Las mujeres en Austen, 2023), León se había sumergido en la trayectoria de la autora a través de un recorrido por sus personajes femeninos, ahora el foco está en ellos: los hombres que desfilaron por la vida y por las páginas de Jane Austen.
No son un mero adorno, ni el simple objeto de conversación, intrigas y amores de las protagonistas, sino que están a la altura de una Emma, una Marianne o una Elizabeth. Austen «no buscaba colocar soldaditos de plomo al lado de sus bien pertrechadas mujeres, sino, por el contrario, necesitaba hallar el verdadero contrapunto, el que estuviera a la altura de ellas, y, si no estaban a la altura, entonces había que decirlo», argumenta León. Por eso, rechaza que se aplique a los libros de Austen la etiqueta de «femeninos»: «Si los hombres no los leen, algo falla, y me temo que la educación sentimental de “ellos” tiene muchos huecos que rellenar si se apartan de su lectura».
Su conocimiento del mundo masculino venía de una aguda observación de su entorno: sus seis hermanos varones, los pupilos a los que su padre instruyó durante años, un amor de juventud que resultó imposible, unas propuestas de matrimonio rechazadas y los caballeros, clérigos y militares que conoció en la vida social de los diferentes lugares donde residió. En este libro, Catalina León repasa los personajes austenianos dividiéndolos en «espejo de virtudes» (Darcy, Knightley), «hombres de honor» (Brandon, Wentworth), «clérigos nada ejemplares» (Elton, Collins), «retratos de villanos» (Wickham, Willoughby, Crawford, Thorpe) y «secundarios de lujo» (Churchill, Ferrars, Bingley, Bertram, Martin). También habla del papel de la figura paterna (desde el hipocondriaco y amable señor Woodhouse al presumido señor Elliot).
Los hilos que León lanza entre vida y obra entretejen un ensayo que disfrutarán sin duda los amantes de Jane Austen, aunque puede ser también un buen aperitivo para quienes aún no se hayan animado a sumergirse en el mundo de la escritora. Eso sí: se trata de una lectura para aquellos sin miedo a los spoilers. Aunque, como afirma Enrique García-Máiquez en una columna: «A los clásicos no les exigimos que nos sorprendan, porque juegan en otra liga».