
Título original: The Lowdown
Año de emisión: 2025 (8 episodios de 50 minutos)
Emisión en España: Disney Plus, estreno el 26 de diciembre
Cadena original: FX
Creador: Sterlin Harjo
«Tirar una bengala, levantar las piedras y ver qué hacen las cucarachas por la noche». Esta metafórica sentencia del ya inolvidable Lee Raybon es aplicable a un roto y a un descosido en la trama. El propio protagonista de los ocho estupendos episodios que componen Verdades ocultas, una de las imperdibles apuestas para los primeros días de invierno, es también multitarea. Su desgreñado personaje, siempre chupando ese pitillo con boquilla y gastando gafas de sol para taparse un ojo morado, lo mismo sirve para ejercer un periodismo decadente y agresivo, que para vender libros de tercera mano o barrer la mierda bajo las alfombrillas del poder. En esta serie pulula mucho bicho, así que es necesario un sujeto nada glamuroso como él para moverse por las alcantarillas. Hay neonazis sureños, políticos corruptos y familias manchadas de sangre, pero todo apunta que esos antifaces no son más que variantes de insectos rastreros a los que el antiheroico Raybon quiere aplicar Cucal. En esa tarea tan purificante, Ethan Hawke regala una actuación colosal, mezcla de narcisismo simpático, aires de grandeza y un espíritu tocanarices que le hace besar el suelo una y otra vez.
El mérito no es solo del conocido actor, sino de la mirada tan personal que el guionista, Sterlin Harjo, sabe imprimirle a la historia. Por un lado, el creador de la aclamada Reservation Dogs —una mirada muy original y poliédrica al universo de los indios americanos de hoy— repite con una escritura que mezcla la autenticidad con el vacile, el drama familiar con la crítica social, la trama criminal con la carcajada del paisanaje. Los tipos humanos de Verdades ocultas cubren todos los estratos sociales, razas y gustos y la combinación rebosa una sorprendente frescura y verdad. Un botón que al escribirlo suena inconcebible y que, sin embargo, te toca la fibra: esos tarugos violentos que se dedican a traficar con caviar (!) en un embalse de la Oklahoma profunda acaban resultando entrañables y conmoviéndose con cartas poéticas.
En dobles tirabuzones como esos es donde la serie adquiere una consistencia que la ubicará en todas las listas de las mejores series del año que inundan internet estos días. Y con mucha razón. Porque Verdades ocultas no es solo un neonoir soleado, canalla y a ratos incluso paródico. No es solo una arquitectura narrativa bien medida y un aroma visual, sonoro y conversacional que hace que se respire Tulsa en cada fotograma. No es solo un plantel actoral extraordinario. No. También es un relato sobre la familia, sobre los silencios del pasado, sobre las mentiras que nos contamos y sobre los principios que tantas veces no somos capaces de mantener. Porque el heroísmo existe en estos tiempos cínicos, sí, pero también anda oculto debajo de las piedras. A ver si Lee Raybon lo desvela.




