Historias mínimas
Ignacio Uría
Todos tenemos una banda sonora para la película de nuestra vida. En ella se mezclan sin orden (ni concierto) canciones de amor e himnos generacionales. En español, en francés, en inglés. Baladas de adolescencia; pop o blues; ópera y rock.
Sin embargo algunas de ellas han sobrevivido a su tiempo. Son canciones con historia. No sólo porque “hicieron historia”, sino porque tenían una historia detrás. Una motivación. Un objetivo. De Dylan a Lennon, de Aute a Raimón, esas canciones nacieron en momentos convulsos (la Crisis de los misiles, la Guerra de Vietnam o la oposición al franquismo). Por eso las traemos a la portada de Nuestro Tiempo, porque condensan una época pasada y recuperan la frescura que tenían cuando fueron escritas.
Esta revista también tiene historia y se aproxima a los 60. Casi seis décadas y miles de artículos. Sesenta años y cientos de colaboradores. Con la llegada del otoño, de este otoño de 2012, llega también un nuevo director. Me presento: Ignacio Uría. Un placer. Quinta del 71, antiguo alumno, viejo residente de Belagua-Torre I y padre de navarros.
Sustituyo en el puesto a una gran periodista, María Eugenia Tamblay, que en su etapa como directora (¡la primera!) ha dejado huella. Una huella chilena que seguirá con nosotros, ahora como “corresponsal” en Santiago. Retorna a su país para emprender nuevos retos profesionales, donde tendrá la suerte de volver al Renca y al San Cristóbal (en funicular, claro), cerros para contemplar la capital con otros ojos.
Decir que la revista comienza una nueva etapa es mucho decir. Y sería injusto. Nuestro Tiempo tiene una bien merecida fama de rigor y amenidad que no debemos perder. Desde los tiempos de Antonio Fontán a los de María Eugenia Tamblay, pasando por Esteban López-Escobar o Paco Sánchez (ahora en su Vagón-Bar de papel) esta publicación ha sido a un tiempo escuela de periodistas, referente cultural y revista de los alumni.
Decía Gaudí que para ser original hay que volver al origen. Así queremos que continúe.