Una sala llena de corazones rotos
Vulnerables, sí
Anne Tyler. Lumen, 2021 | 200 páginas |18,90 euros.
Micah no es fan de los videojuegos. «No me gusta que la pantalla esté llena de cosas que aturden. Que salen de la nada. Aparecen de forma azarosa. Desorganizada». El único que tolera es el Tetris. Honrado trabajador, conductor intachable, educado en el trato, firme en sus rutinas, a sus 44 años podría considerarse un hombre bueno. Pero en menos de veinticuatro horas su vida sufre dos seísmos: están a punto de echar a su novia de la casa donde vive y aparece un joven que dice ser su hijo. Y a Micah no se le dan bien las distancias cortas; estar cerca implica ver —y que te vean— los defectos, las grietas, y te arriesgas a tropezar con los pies del otro.
Ante la vulnerabilidad, la respuesta más humana es la ternura. Así mira y retrata Anne Tyler a sus personajes, al tiempo que saca chispa a situaciones anodinas. Junto a la ternura, Tyler planta en el lector la risa; a veces sonrisa indulgente, otras veces carcajada.
Lucía Martínez Alcalde