Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

Código cero

Texto Laura Juampérez [Com 05] / Fotografía Manuel Castells [Com 87]

Paco llevaba una vida tranquila. Jubilado de banca hacía varios años, el corazón no le había dado ningún aviso. A comienzos de diciembre de 2014, la vida se le puso del revés, y solo con un nuevo corazón volvería a su lugar. El pronóstico empeoró y en Navidad entró en la categoría urgente para recibir el primer órgano disponible: era un código cero. Este es el relato de aquella cuenta atrás.


17:15 h  

Llamada: «Tenemos un corazón»

La Organización Nacional de Trasplantes (ONT) coordina, desde 1989, la obtención y utilización de órganos, tejidos y células en un engranaje perfectamente ajustado que ha encaramado a España a una de las mejores tasas de donantes por habitante. En la ONT está centralizada la lista de espera conjunta de todos los centros españoles con una subcategoría que tiene prioridad nacional: los códigos urgentes o códigos cero, como se denomina a los pacientes que necesitan perentoriamente un corazón.

Cuando se produce la llamada en uno de los dieciocho hospitales que realizan trasplantes de corazón en España (la Clínica es el centro acreditado en Navarra), el cirujano jefe —doctor Gregorio Rábago, en el caso de la CUN— tiene media hora para decidir si el órgano que ofrecen es apto para alguno de los receptores de su lista. «Mientras tanto, la ONT suele ofertar como segunda o tercera opción el mismo órgano a otros centros para agilizar el proceso de donación», detalla el doctor.