Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

Biodiversidad amenazada


Ibon Tobes [Bio 09], agachado, recoge del suelo restos de los millones de insectos que mueren abrasados por la noche en las llamas de los pozos petrolíferos, siempre en marcha, donde van atraídos por su luz. Tras doctorarse en Biología en 2016, le ofrecieron dar clase en la Universidad Tecnológica Indoamérica (Quito). Allí dirige el Centro de Investigación en Biodiversidad y Cambio Climático, donde realizan proyectos sobre el estado de los ríos ecuatorianos o la relación de los distintos pueblos indígenas con el medio.

Tobes acompañó a los alumnos durante su recorrido por el país, desde el páramo (las zonas elevadas a más de 3 000 metros de altitud en la cordillera de los Andes), hasta el Chocó (dilatadas extensiones de bosque nublado andino que se forma cuando grandes nubes procedentes del océano chocan con la cordillera suramericana), y la selva amazónica, auténtico pulmón del planeta. 

En este pequeño territorio se levantan veintidós montañas de más de 3 500 metros, como Cotopaxi, el volcán activo más alto del mundo (5 897 metros), en cuyas faldas se sitúa la ciudad de Quito. Ecuador puede presumir, además, de ser uno de los países más ricos del mundo en agua, al poseer el mayor número de ríos por metro cuadrado del planeta. «Sin embargo, la riqueza de unos representa pobreza y miseria para muchos. Creemos que los recursos naturales de otros lugares son nuestros, y que podemos hacer y deshacer en ellos sin ninguna responsabilidad», se lamenta José Felipe Sanz [Amb 19].