Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

Corazón: repuestos a medida y geles milagrosos


Las enfermedades cardiovasculares causan anualmente diecisiete millones de muertes en el mundo. Constituyen toda una pandemia que en muchos casos desemboca en un infarto de miocardio irreversible. El corazón, muy poco capaz de regenerarse, deja de latir. ¿Pero qué sucedería si pudiéramos controlar su actividad mucho antes y corregir esos fallos casi al instante? 

Esta cuestión puede dejar de ser una utopía si se corroboran los resultados de un trabajo desarrollado por científicos de San Luis (Misuri, Estados Unidos). Según publican en Nature Communications, se trata de colocar al corazón una «funda» elaborada mediante una impresora 3D a la cual dan forma con membranas elásticas de silicona que se adaptan a la capa más externa del corazón. La funda incluye una serie de sensores miniaturizados que miden con gran precisión la actividad eléctrica del órgano y que pueden mandar una descarga eléctrica a un punto concreto para corregir una alteración del ritmo cardiaco, por ejemplo, detectar cambios en la temperatura o la acidez de las células.

Aunque esta funda a medida solo se ha probado en el laboratorio, parece muy posible su uso en humanos y en otro tipo de órganos, como el riñón, el páncreas o el hígado. 

No más lejana podría encontrarse la puesta en práctica de otro avance sorprendente en forma de hidrogel. El hallazgo, a cargo de investigadores de la Universidad de California en San Diego, se ha ensayado en corazones de cerdo, donde ha confirmado su capacidad para reparar este órgano. De partida los científicos eliminaron todas las células musculares del tejido cardiaco, dejando solo el tejido conjuntivo o armazón fibroso que sirve de estructura. A continuación transformaron esas fibrillas en líquido y lo inyectaron en el corazón de los animales que habían sufrido un infarto de miocardio. Pasados tres meses, los ratones mejoraron significativamente. Un descubrimiento que aumenta su valía por la facilidad de aplicación —se podría administrar sin anestesia general— y reduciría la respuesta inmune —no provocaría «rechazo»—.

En el caso de las dolencias cardiacas, los tratamientos regenerativos también se perfilan como la llave maestra para la curación. Nature Biotechnology subrayó un descubrimiento realizado en el Instituto Karolinska y en la Universidad de Harvard que ha permitido «engañar» a las células madre residentes en un tejido para que reparen la lesión en lugar de formar tejido fibroso, como sucedía hasta ahora. La prueba con ratones que habían sufrido infarto de miocardio reafirmó la hipótesis: al inyectar el compuesto novedoso, las células madre cambiaron inmediatamente de comportamiento,  comenzaron a crear tejido cardiaco normal y repararon por completo la lesión. De hecho, el 60 por ciento de los ratones sometidos a este procedimiento seguía vivo después de un año, cuando solo el 15 por ciento sobrevive sin este tratamiento. A pesar del largo trayecto que queda hasta poder aplicarlo en humanos, su administración constituiría un punto y aparte en el campo de la Medicina cardiológica.