Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 718

De una entrevista con Mons. Javier Echeverría

Estas reflexiones de Mons. Javier Echevarría, Gran Canciller de la Universidad de Navarra entre 1994 y 2016, proceden de una entrevista publicada en Nuestro Tiempo en enero de 2000.


«La Universidad de Navarra es hoy tal y como la imaginó el beato Josemaría: un lugar de estudio sereno, de libertad, de convivencia, de servicio».

«Un profesor en clase no se manifiesta solo como sabio, sino también como creyente. Su testimonio respetuoso no condiciona al alumno».

«No basta enseñar a producir, a rendir, a ganar. Lo que importa de verdad es aprender a vivir rectamente».

«Entre las personas que se alejan de Dios, muchas lo hacen porque no encuentran a nadie que comprenda sus preguntas y les ayude a buscar las respuestas».

«Conviene ser muy realistas, salvar siempre las intenciones, poner por delante lo que une y no lo que separa, y evitar que aparezcan barreras en el trato».

«El beato Josemaría disfrutaría viendo que la Universidad renace cada día del trabajo, de la oración y de los «sueños» de los que allí trabajan».

«La Universidad no debería solo adaptarse a las nuevas circunstancias, sino situarse en el origen mismo de los cambios».

«Sugiero fomentar la amplitud de miras: saber regalarse grandes libros, seguir temas de actualidad, conversar sobre el trabajo e ideas de nuestros colegas».

«La Universidad mantiene sus puertas abiertas a los graduados: son siempre bienvenidos, y se agradecen sus ideas y sugerencias»

«La Universidad sigue siendo un ámbito propicio para la transmisión de la sabiduría»

«Es de justicia valorar la dedicación de profesores a tareas directivas, lo que les lleva de ordinario a recortar trabajos a los que se encuentran vocacionalmente orientados»

«Para un profesor universitario es muy importante mantener la visión de conjunto: todo trabajo debe ayudarnos a poseer una idea clara sobre nosotros mismos y sobre el mundo»

«Amistad y respeto son dos características fundamentales de la relación entre los profesores y directivos de la Universidad»

«Un investigador cristiano encuentra en su fe un acicate y una luz para profundizar en los problemas reales de su tiempo»

«La Universidad de Navarra debe ser un lugar adecuado para que los estudiantes perfilen su proyecto de vida. Después, cada uno decide con libertad»

«Esta Universidad, (como muchas otras en las que se cultivan la fe y las ciencias humanas) puede ser un buen foro para relanzar el diálogo entre fe y cultura»

«Los antiguos alumnos están en las mejores condiciones de encontrar mil modos de cooperar; de incorporarse a este proyecto en actividades de docencia e investigación o con su ayuda económica»

«Los profesores han de transmitir conocimientos sólidamente adquiridos y doctrinalmente rectos»

«Si tuviera que dar un consejo, sugeriría fomentar el diálogo interdisciplinar, ser dóciles a la verdad y humildes de inteligencia para rectificar o recomenzar cuantas veces sea necesario»

«La convivencia de profesores y alumnos debe situarse siempre entre estos ejes de coordenadas: la amistad y el respeto. Ese clima facilita un diálogo enriquecedor para ambas partes»

«En esta Universidad no hay planteamientos uniformes de escuela única, tampoco en materias teológicas y filosóficas. Dentro de la doctrina de la fe y de la moral de la Iglesia, cada uno puede adoptar la línea de pensamiento que le parezca más oportuna»

«La libertad personal no debe entrar en conflicto con la unidad de propósitos y la coordinación de ideas que caracterizan una Universidad»

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