Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

Disneyland París: entre la fantasía y la realidad

Texto : Jorge Collar.

Han pasado 20 años desde  la inauguración de Disneyland París, el primer parque que Disney instalaba fuera de Estados Unidos. Desde 1992, se ha convertido en un símbolo de magia... y un negocio con luces y sombras.


El castillo de la bella durmiente se enciende con fuegos artificiales que realzan su silueta de lugar encantado. Los personajes que durante ochenta años han poblado el mundo de Disney acuden a la cita en un espectáculo pirotécnico y musical que, lógicamente, se llama Disney Dreams. Todos, desde Blancanieves a Peter Pan, de Aladino al Rey León, de la Cenicienta a la Bella y la Bestia, han desfilado poco antes en carrozas iluminadas que encandilan a los niños, y hacen comprender a los adultos el gigantesco trabajo de preservación de cuentos y de leyendas populares gestado por Walt Disney desde la creación de Mickey a comienzos de los años treinta. La fiesta es el broche de oro a una jornada que recuerda que desde 1992, año de la inauguración de Euro Disney, han pasado veinte años, una fecha para la nostalgia de los que asistimos a la inauguración del primer parque que Disney instalaba fuera de Estados Unidos. En estos tiempos que las películas de animación gozan del favor del público, es fácil comprobar que todos los creadores en este terreno de los grandes estudios norteamericanos han dado sus primeros pasos a la sombra de Disney.


En este verano de 2012, en plena crisis mundial, sorprende ver las masas que invaden los dos parques ahora existentes. La media de visitas diaria, con fluctuaciones importantes según las estaciones, es de 43.000 visitantes, lo que arroja un total de 15,6 millones de visitantes anuales. Este simple dato permite hacerse una idea de la gigantesca energía que se ha volcado para transformar lo que hace 25 años era una zona agrícola, poblada por unas 5.000 personas.


¿Cual ha sido la historia de la implantación de Disney en Francia? El acuerdo firmado en 1987 confiaba a The Walt Disney Company (TWDC) a través de su filial Euro Disney, 1.943 hectáreas para su acondicionamiento. La cifra se ha ampliado a 2.230 hectáreas por el acuerdo adicional firmado en septiembre de 2010, de las cuales se han utilizado un poco más de la mitad.

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