'Nuevos lemas' es el título del debut del dúo Besmaya, un trabajo que reúne las inquietudes y sueños de toda una generación, la Z. Sus canciones hablan de lo rápido que va todo en nuestros días. Casi tanto como su carrera.
7 de abril de 2022, plaza del Castillo de Pamplona, sala Subsuelo. Dos jóvenes suben al escenario. Nada más sonar los primeros acordes, las doscientas personas enfervorizadas que les escoltan hacen que las columnas del local retumben al son de un pop brioso. Saltan y corean cada una de las melodías. Podría parecer que llevan toda una vida en el negociado de la música, pero es su primer concierto en directo.
¿Cómo lograron dos mozos imberbes recién entrados en la veintena, sin ni siquiera un EP, llenar una sala de notable aforo en su estreno en vivo? Para comprender el fenómeno Besmaya, hay que remontarse más de dos décadas.
Javi Ojanguren [Der 22] y Javi Echávarri son inseparables desde los tres años, cuando sus padres se hicieron amigos. Se conocieron en Santander, pero vivían en ciudades distintas, así que aprovechaban sus vacaciones para tocar la guitarra y componer, hasta que, ya en 2019, encontraron el sonido que más les encajaba para formar un proyecto serio con el que probar en el mundo de la música.
Con la llegada de la pandemia, se iniciaron desde casa en la autoproducción de sus temas, que difundían en las redes sociales y a través de las plataformas de streaming. «Cuerda auxiliar», con un claro mensaje de conexión espiritual; «Honey», «Donosti» o «Matar la pena» —que supera los veinte millones de escuchas en Spotify— fueron algunas de las melodías que les situaron en el foco y acabaron llamando la atención de Sony Music.
INCÓGNITA NO RESUELTA
El misterio que rodea al nombre del grupo no hace más que acrecentarse en cada entrevista que da la banda. Besmaya ha sido desde una agencia de viajes, pasando por una base militar en Irak hasta una chica de Comunicación de la que se enamoraron los dos Javieres.
Durante su etapa universitaria, uno en Barcelona y otro en Pamplona, consiguieron aglutinar una masa de fans y oyentes que, unido a su fichaje por la multinacional en 2022, aceleró la génesis de su primer EP, Besmaya, compuesto por cinco canciones de lo que autodenominan «pop distendido». Las claves de su éxito son de sobra conocidas para los amantes del indie español: suavidad en las estrofas, tendencia ascendente de la melodía y letras que relatan las aventuras cotidianas de su generación.
El 1 de marzo de 2024 lanzaron su primer trabajo largo, Nuevos lemas; una extraordinaria declaración de intenciones ya desde el título. La celeridad de estos tiempos y de sus propias vidas se revela en la duración de las canciones. En solo tres minutos, son el mejor resumen costumbrista de los anhelos de la juventud repleta de búsquedas, de incertidumbres y, sobre todo, de ganas de vivir.
«Instante», en colaboración con unos referentes del panorama nacional como Sidonie, además de reunir las características de su identidad sonora, presenta un evidente hilo conductor: el amor y la amistad en los jóvenes de hoy en un mundo hiperconectado, fugaz y con falta de compromiso. Así lo reflejan en temas como «Parar», que habla de bajar unas marchas la velocidad de lo cotidiano para profundizar en las relaciones; o esa «Alemania imposible», un guiño a uno de los éxitos de la banda estadounidense Wilco. Pero son los titubeos de la lozanía los que, en otros cortes del disco, les empujan a pisar el acelerador, como sucede en «Tu carita» o «Gas», que relatan los vaivenes de su existencia y la de sus coetáneos a un ritmo alto de beats por minuto.
Besmaya es una banda con casi todo por demostrar en un circuito musical feroz, prolífico y efímero. Asimismo, nos encontramos con una fórmula suficientemente exprimida en la escena actual y que podría acabar encasillada en un público con un estilo y una etapa vital muy concretos. Pero si algo han demostrado estos dos Javis es una rápida evolución y una capacidad constante de producir material que augura un futuro prometedor.
Por el momento se han lanzado con un álbum y una potente gira que les mantendrá entretenidos durante unos cuantos meses y que servirá para constatar si estos buenos chavales pueden hacerse un hueco definitivo en el panorama. Ellos siempre declaran que no suelen tomarse demasiado en serio a sí mismos, pero en su breve recorrido encontramos ya demasiados destellos como para pensar que Besmaya solo será flor de un día.