HBO Max, 2024
Creadores: Issa López
T4, 6 episodios
En el imaginario seriéfilo, Alaska siempre viene hilvanada con la alegría de vivir, tan luminosa, que se respiraba en Cicely con el inadaptado Doctor Fleischman y su troupe de entrañables gentes. Hasta ahora. La cuarta temporada de True Detective, a la que se le ha añadido el descriptivo subtítulo de Noche polar, arrasa con aquel idilio que se estrenó en los años noventa. En esta ocasión tenemos un grupo de científicos que han desaparecido salvajemente de la Estación de Investigación del Ártico y una oscuridad perpetua que deja a esas latitudes sin un rayo de sol durante treinta días. Hay misterio, asesinatos y sangre del pasado que no puede limpiarse. Corrupción, explotación y locura. Y dos policías —Liz Danvers y Elizabeth Navarro— que luchan en minoría para ordenar el caos.
La franquicia que comenzó hace una década con Matthew McConaughey y Woody Harrelson investigando un horrendo crimen mientras combatían sus demonios interiores quiere reinventarse este 2024 con la estupenda Foster —muy en forma tras años fuera del primer plano— de protagonista. El resultado de True Detective. Noche polar es sugerente, demuestra personalidad y agallas. Aunque al relato le cueste adquirir velocidad y le sobre obviedad en el mensaje sociopolítico, propone una solvente vuelta de tuerca a la fórmula de las tres temporadas anteriores. La etiqueta neo-noir se ensancha ahora en un flirteo abierto con el cine de terror. Esto implica imágenes brutales y explícitas, la síntesis con lo sobrenatural y un efecto constante de inquietud cósmica.
Con solo seis episodios y un nuevo equipo creativo liderado por la mexicana Issa López, esta nueva iteración de True Detective se presenta como una de las grandes apuestas de 2024. Los primeros episodios demuestran que la antología recupera, actualizada, la esencia de aquel magnético primer año: una atmósfera insana, un pasado perseguidor, unos personajes en lucha contra sí mismos y el eterno pugilato del bien contra el mal, con todos sus golpes bajos. Solo que esta vez, para la batalla, la narración cambia la sofocante Luisiana por una helada ciudad aplastada por el demonio de la oscuridad. Pero ¿no llega siempre al amanecer el ángel de la mañana?
