Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

50 años de un sueño en la pantalla grande

Texto y críticas: Ana Sánchez de la Nieta

Planeta Hollywood, un estudio publicado en 2019 que analiza la relación entre el séptimo arte y la conquista del espacio sirve como punto de partida para revisar los títulos más significativos del cine espacial.


A estas alturas casi cualquier habitante de la Tierra sabe que el hombre llegó a la Luna el 21 de julio de 1969. Con aquel paso de Neil Armstrong sobre la superficie lunar la humanidad culminaba un gran anhelo. Sin embargo, la carrera espacial lleva surtiendo la cartelera desde hace mucho más de medio siglo. Además, la NASA siempre se ha entendido muy bien con la industria del celuloide. Tanto que contrató al famoso guionista Syd Field para que ayudara a sus científicos a contar sus avances de una manera atractiva y conseguir así que más jóvenes quisieran dedicarse a la investigación. 

Precisamente en mayo de 2019 se publicó Planeta Hollywood, un completo estudio sobre las relaciones del séptimo arte y la conquista del espacio.  A lo largo de casi trescientas páginas, Antonio Sánchez-Escalonilla, experto en guion, recorre los títulos más significativos del denominado cine espacial. Se trata de una lectura jugosa, repleta de datos, curiosidades y referencias que ayudan a entender la importancia de este argumento en la gran pantalla.

Sánchez-Escalonilla sostiene que nos encontramos ante una segunda edad dorada de este género. La primera se sitúa a finales en los años noventa cuando los viajes espaciales cobran entidad con un buen número de cintas: Apolo 13, Contact, Deep Impact, Misión a Marte, Space Cowboys... Y, sobre todo, la primera serie televisiva de calidad cinematográfica: De la Tierra a la Luna, que vio la luz en 1998. Para conmemorar los cinco decenios del hito, HBO ha reestrenado el proyecto, que ganó un Globo de Oro y tres Emmy

Repasemos algunos de los títulos que configuran esta segunda edad dorada. Empezando por los más recientes: el documental biográfico Armstrong, de David Fairhead, y Apolo 11, estrenado en julio con motivo del cincuenta aniversario de la llegada a la Luna. Todd Miller (Dinosaur, Scaring the Fish) ha conseguido acceder a un material valiosísimo: la NASA rodó mucho de aquella expedición y parte de ese metraje no llegó a verse ni en los informativos de la época ni en otros documentales. Dormía el sueño de los justos mientras esperaba financiación... o que un director de cine rescatara las bobinas.

Miller ha acertado de lleno en el planteamiento. A sabiendas de que la novedad informativa era mínima, ha construido su documental con una intención inmersiva. No se trata de que el espectador conozca o admire los hechos, sino de que perciba la aventura como la vivieron los protagonistas de la hazaña: los astronautas, los controladores, los científicos, los técnicos y los televidentes, cada uno a su manera. Para eso, el cineasta ha realizado un maravilloso trabajo de montaje, en el que ha optado en muchos momentos por dejar al desnudo las imágenes y el sonido de la época; una decisión arriesgada pero que ayuda a sentir la acción, los nervios, la tensión de algo que se sabe que ocurrió pero que hasta ahora no se había visto de esta forma. La película, que ha ganado el premio del jurado en el Festival de Sundance, se ha merecido además el aplauso unánime de la crítica y el público.

A la espera del estreno de Lucy in the Sky, protagonizada por Natalie Portman, y de Ad Astra, dirigida por James Gray y protagonizada por Brad Pitt, puede ser un buen momento para recuperar algunos títulos que flotan en las misiones interestelares.

Aunque no ha tenido un gran resultado en taquilla y ha dividido a la crítica, First Man (2018), el biopic de Neil Armstrong dirigido por Damien Chazelle, es una cinta muy valiosa que proporciona la cara oculta del relato al adentrarse en el conflicto personal y familiar del astronauta. Otro filme que explora no solo el espacio sino al hombre que quiere conquistarlo es Gravity (2013). Este largometraje —mucho más cerca de la metafísica que de la ciencia ficción— será uno de los que pasen al recuerdo y que nuestros nietos verán en el colegio. En clave histórica, nos encontramos con la interesantísima Figuras ocultas (2016), que saca del anonimato a tres mujeres que tuvieron un papel muy notable en la carrera espacial. Por último, para  quien quiera echar a volar la imaginación están Tomorrowland (2015), Marte (2015) o Interstellar (2014). 

Los nostálgicos siempre podrán revisar El viaje a la Luna que Georges Méliès ensoñó  en 1902. Lo dicho: una larga e intensa relación la del cine con el espacio.