Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

Nuestro Tiempo, al compás de los nuevos tiempos

Redacción

En el curso 2022-23, la revista de la Universidad de Navarra reforzará su apuesta editorial y su edición en internet con la intención de servir mejor a sus lectores. A lo largo de los próximos meses ampliará su oferta de contenidos digitales y se imprimirá cada cuatro meses.


Una revista cultural editada por una universidad puede parecer poca cosa para cambiar el mundo. Sin embargo, es lo que pretende esta pequeña obra de orfebrería que se forja palabra por palabra, en conversación con decenas de colaboradores: periodistas, fotógrafos, críticos, ilustradores, profesores, estudiantes, diseñadores... Editar un producto así exige apostar, ya que el espacio es reducido. Por eso es fundamental acertar con cada historia.

Con ese cometido, unas semanas antes de que estos pliegos salieran de la imprenta se reunió por primera vez el consejo editorial de Nuestro Tiempo: un órgano consultivo recién constituido —aunque con una tradición honda— cuya finalidad es ayudar a la redacción a desentrañar la selva de la actualidad hasta dar no ya con la nota sino con el pentagrama sobre el que suena la melodía de la sociedad. 

El consejo editorial lo integran la rectora de la Universidad de Navarra, María Iraburu; la vicerrectora de Estudiantes, Rosalía Baena; el vicerrector de Comunicación y Desarrollo, Gonzalo Robles; la decana de la Facultad de Comunicación, Charo Sádaba, más los profesores Antonio Moreno, Ana Marta González, Juan Luis Lorda, Pablo Pérez López y José María Torralba, además del editor de Nuestro Tiempo, Teo Peñarroja.

Vivimos un tiempo incierto en un mundo cada vez más complejo y, con los cambios  que se presentan aquí —desde la aparición de un consejo editorial a un cambio de periodicidad— intentamos, como escribió el fundador de Nuestro Tiempo, Antonio Fontán, recoger los latidos de la vida contemporánea; informar y orientar sobre los hechos, las ideas y las personas que definen nuestra época, constituyen el presente y están creando el mundo del mañana. Para hacer todo eso, una revista cultural editada por una universidad puede parecer poca cosa. Pero cuando se tiene un porqué —mejor, un para quién— es posible que al final lo consigamos. 

 

UN NUEVO IMPULSO DIGITAL

Los datos muestran que es inusual que un nuevo lector descubra Nuestro Tiempo directamente en papel. Los hábitos de consumo han cambiado, y la gente lee un artículo que le ha llegado por WhatsApp, que un amigo comparte en Twitter o que recibe en su correo electrónico. Encuentran la revista en la web y, con el tiempo, llegan a leerla en papel. 

Por eso, a partir de este curso 2022-23, Nuestro Tiempo reforzará la edición digital. En los últimos años se han dado pasos para encontrar a los lectores allá donde estuvieran. En 2019, la web se volvió responsiva para su lectura en dispositivos móviles. En 2020 nació una newsletter semanal que ya ronda el centenar de ediciones y a la que se han sumado más de dos mil personas. También crecieron las redes sociales y, con motivo de la pandemia, se publicó un especial multimedia. En la web aparecieron artículos pensados en exclusiva para esa plataforma y hasta nacieron secciones nuevas —la columna «Desde la redacción» y las críticas de series— que solo se publican en digital.

Esas y otras iniciativas han duplicado el número de lectores digitales de Nuestro Tiempo dos años consecutivos, lo que justifica redoblar los esfuerzos en este ámbito. En la cartera de proyectos pendientes hay una cuenta en Instagram, un pódcast, nuevos espacios de diálogo con el público, una web más dinámica y navegable y otros bosquejos que se concretarán a lo largo de los próximos cursos.

 

LA EDICIÓN EN PAPEL, CUATRIMESTRAL

Al considerar las prioridades estratégicas de la cabecera, se ha visto necesario concentrar una parte importante de los recursos y esfuerzos de la redacción en los retos de la transición digital, la escuela de periodistas y la apuesta editorial. Por eso, a partir de este curso 2022-23, Nuestro Tiempo pasa a ser una revista cultural multiplataforma con una edición cuatrimestral en papel. La existencia de este ejemplar es una prueba elocuente de que nuestros lectores disfrutan sentándose en el sofá con un ejemplar que todavía huele a tinta y, al terminarlo, lo atesoran en su biblioteca personal para completar la colección. Las páginas impresas se cuidarán, todavía más, con exquisitez de relojero, porque quienes reciben en su casa Nuestro Tiempo tres veces al año no solo leen sus reportajes, sino que están dispuestos a arrimar el hombro y colaborar con los proyectos que desarrolla la Universidad. Son el motivo por el que se seguirán escribiendo —e imprimiendo— estas páginas.

 

UN MODESTO REDISEÑO

Como las ideas entran primero por los ojos, Errea Comunicación ha rediseñado el arranque de la revista. La primera página incluye una especie de telón que se levanta: una frase para sintonizar al lector con aquello que ha hecho vibrar a la redacción al editar el número. A continuación, «La Primera» va ahora acompañada de «La Ventana», una breve carta a los lectores. Estos dos elementos pretenden refrendar la centralidad de la audiencia y del modelo editorial.

Los sumarios ocupan desde hoy dos páginas para mostrar un índice completo de los temas y sus autores y reivindicar así, en un contexto de anonimato y noticias falsas, a quienes escriben esta revista. Completa el rediseño «Disparos al aire», un espacio de fotografías evocadoras aderezadas con textos cortos que pongan el acento sobre algún aspecto relevante de la actualidad.

 

Reverdece la escuela de periodistas

 

El paso de los estudiantes de Periodismo por la redacción de NT ha sido una constante a lo largo de estos casi setenta años. En estas páginas firmaron sus primeras piezas las versiones casi adolescentes de David Beriain, Covadonga O'Shea, Clara Janés, Pedro J. Ramírez, Ander Izaguirre o Elisa Beni. Este curso, para entroncar con esta venerable costumbre, ha comenzado un programa de edición de revistas culturales en el que ocho estudiantes aprenden y ponen en práctica los rudimentos del oficio periodístico.

 

El programa se basa en el concepto del learning by doing, con una pequeña carga teórica y mucho trabajo en equipo. Los alumnos colaboran en pequeños grupos dentro de tres áreas de la redacción: la de escritura y reporteo, la de edición de textos y la de innovación y gestión de comunidades. A lo largo de tres trimestres rotarán por todas las especialidades para conocer los fundamentos de esas labores de un medio de comunicación.