Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

Un bueno ojo crítico

Texto Javier de Navascués [Filg 87 PhD 91]

La editorial Salamandra demuestra, al hilo de su décimo aniversario, la importancia de seleccionar cuidadosamente a los autores del catálogo.


En 1989 nace en Barcelona Emecé Editores España como la filial española de la editorial argentina Emecé. Años después, tras su venta al grupo Planeta en el año 2000, Emecé española fue comprada por Sigrid Kraus y Pedro del Carril y pasó a denominarse Ediciones Salamandra.

La editorial continuó desde esa fecha su andadura y en estos diez años ha conseguido ocupar un destacado lugar en el panorama editorial, a pesar de competir con un buen número de editoriales con objetivos literarios similares. Sin embargo, en estos diez años, el ojo clínico de los editores de Salamandra es, desde todos los puntos de vista, digno de admiración. No sólo han descubierto importantes autores, que han conseguido ventas millonarias en España, como John Boyne y El niño con el pijama a rayas, o Khaled Hosseini, autor de Cometas en el cielo y Mil soles espléndidos; a la vez, han redescubierto a autores de excepcional valor que permanecían olvidados. Y a esto se suma el espléndido tratamiento dado a su estrella editorial, los libros de Harry Potter, que han cosechado en España ventas multimillonarias. 

Puede parecer fácil mantener el nivel, pero la competencia editorial en España es muy fuerte y desde hace años muchas editoriales han adoptado el modelo Salamandra, sobre todo a la hora de recuperar autores valiosos y de buscar debajo de las piedras autores extranjeros que puedan conectar con la sensibilidad y gustos de los lectores españoles. 

Salamandra ha conseguido convertir en best-seller autores que parecían literariamente sepultados. Es el caso del húngaro Sándor Márai, que ha protagonizado un inusual fenómeno literario: era un autor más bien desconocido, que tras la II Guerra Mundial se exilió de su país, donde era el escritor más importante, y acabó en Estados Unidos, olvidado por todos y como una figura literaria absolutamente marginal. La recuperación de una de sus mejores novelas, El último encuentro, sirvió para traducir sus libros memorialísticos, que reflejan como pocos el ambiente de una época (Confesiones de un burgués y ¡Tierra, tierra!), y otras destacadas novelas, como La mujer justa y Divorcio en Buda.

Fenómeno similar es el que ha provocado la escritora francesa de origen ruso Iréne Némirovsky, asesinada en Auschwitz. La publicación en España de Suite francesa supuso un auténtico bombazo, pues se trata de una obra fundamental de la literatura europea del siglo xx y que había permanecido olvidada durante años hasta que fue recuperada por su familia. Otro de los objetivos de Salamandra es descubrir nuevos autores en el campo de la narrativa extranjera. Yo diría que aquí es donde más se aprecian los aciertos editoriales. La lista es amplia y abarca todas las latitudes: literatura italiana (Andrea Camilleri, Paolo Giordano), francesa (Paul Claudel, Laurent Gaudé), alemana (Helga Scheneider), norteamericana (Daniel Mason, Lorrie Moore, Ethan Canin, Nicole Krauss, James Salter, Mary Lawson), rusa (Nicolai Lilin, Boris Akunin), inglesa (Mark Haddon, Zadie Smith), china (Dai Sijie, Lisa See), india (Rupa Bajwa, Kiran Desai), sueca (Marianne Frediksson). Y también han acertado, y mucho, con algunas de las novelas históricas que han publicado; por ejemplo, El faro de Alejandría, de Gillian Bradshaw; y con otros autores de novela juvenil, como Eva Ibbotson.

El acierto, pues, está en proporcionar literatura buena y exigente a un tipo de lectores saturados de la literatura de consumo y de los prefabricados productos comerciales; lectores, además, que quieren estar al tanto de lo que se publica fuera de España. Y Salamandra ha conseguido lo mejor que le puede pasar a una editorial: que la publicación en su catálogo sea garantía de posible recomendación, de fiabilidad, de saber que no te van a dar gato por liebre. O sea, un catálogo reconocible, con sus señas de identidad.

Para celebrar el décimo aniversario han publicado en una colección especial diez títulos que la editorial quiere destacar por su impacto entre los lectores. La selección refleja bastante bien la filosofía de Salamandra y el acierto de sus criterios literarios.