Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

Fe cristiana y medioambiente

Tomás Trigo, profesor de Teología Moral de la Universidad de Navarra.


¿Qué relación existe entre ser cristiano y cuidar el medioambiente? El Papa Francisco constata que los cristianos no siempre hemos recogido y desarrollado las riquezas que Dios ha dado a la Iglesia, donde la espiritualidad no está desconectada del cuerpo, de la naturaleza y de las realidades terrenas. 

La relación del hombre con la naturaleza se asienta en una visión coherente de ambas realidades. «Para el cristiano —afirmaba San Juan Pablo II—, tal visión se basa en las convicciones religiosas procedentes de la Revelación» (8 de diciembre de 1989). La tarea, pues, consiste en estudiar con más profundidad las verdades que la Revelación ofrece sobre el mundo, para que se transformen en convicciones arraigadas y motivadoras de una conducta personal y comunitaria adecuada.

De ese modo, podremos realizar la «conversión ecológica» que nos pide Francisco, y de la que ya hablaban San Juan Pablo II y Benedicto XVI: los problemas ecológicos son, en última instancia, problemas morales y religiosos. Esa conversión se fundamenta precisamente en vivir todo lo que la fe cristiana nos enseña sobre el cuidado de la tierra, de la que somos administradores, no dueños. 

Ser cristiano implica vivir las virtudes no solo cuando nos relacionamos con Dios o con los demás, sino también al interactuar con la naturaleza. Aunque todas las virtudes son importantes para el cuidado del medioambiente, el Papa subraya algunas que tienen una conexión más estrecha con la ecología: la templanza (sobriedad, desprendimiento), la humildad (moderar las ansias de dominio), la paz interior y el amor cívico y político, la fraternidad con todos los hombres. Para entender mejor la relación del cristiano con la naturaleza es necesario inscribirla en su verdadero contexto: el cuidado del medioambiente forma parte de la misión que el creyente debe cumplir, que es seguir la misión de Cristo. 

¿Qué ha hecho Cristo respecto a la humanidad? Redimirla. Jesús inaugura un mundo nuevo y restablece la armonía entre el hombre y la naturaleza. 

¿Qué debe hacer el cristiano? Colaborar con Cristo en la redención del cosmos. De modo análogo a como la Redención se debe a cada persona por medio de la Iglesia, también se proyecta a la creación material. Esta adaptación la realiza la Iglesia existencialmente a través de los fieles, que, con su vida y actividad, santifican todas las realidades terrenas.

Más en concreto: un aspecto de la misión de Cristo es reinar no solo en los corazones sino también en el mundo material. El hombre, a su vez, colabora con Cristo en el cuidado y administración de la tierra, de acuerdo con el plan original de Dios, para el bien propio y el de toda la humanidad.

Jesús, como Sacerdote, se presenta a sí mismo al Padre en el Espíritu Santo, por todos los hombres. Cuando el cristiano trabaja y perfecciona el mundo, poniéndolo al servicio de Dios, su trabajo y toda su actividad se convierten en ofrenda, que puede unir a la entrega del mismo Cristo en la Eucaristía.

Por último, el cristiano debe ser hoy la voz de Cristo, para que la verdad que vino a enseñarnos Jesús se difunda por el mundo. Y a esa verdad, no lo olvidemos, pertenece el deber de cuidar el medioambiente.