Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

Un inmenso océano de selva


«Selva a la izquierda. Selva a la derecha. Selva bajo nuestros pies y por encima de nuestras cabezas. Al frente, tan solo una pequeña senda que sería invisible a nuestros ojos si no fuera por los guías que nos acompañaban», recuerda Irene Otamendi

En Ecuador hay diecisiete figuras legales que salvaguardan lugares únicos en todo el planeta. El Parque Nacional de Yasuní —9 820 kilómetros cuadrados en plena cuenca amazónica, a unos 250 kilómetros al sureste de Quito— se considera la zona más biodiversa de la Tierra gracias a su riqueza en anfibios, aves, mamíferos y plantas. Posee más especies de animales por hectárea que toda Europa junta. 

«La Constitución ecuatoriana es la única del mundo que incluye entre sus artículos uno dedicado a los Derechos de la Naturaleza», subraya el profesor Rafael Miranda, del departamento de Biología Ambiental, quien acompañó a los estudiantes en el viaje a Ecuador en 2018. «No obstante, esa visión, que podría presuponerse muy avanzada, queda limitada a la superficie, no al subsuelo, donde se encuentran los yacimientos de petróleo y, sobre todo, de minerales y tierras raras. Además, la protección se supedita al derecho de explotación del Estado en nombre del “beneficio general del país”. Por eso, algunos líderes locales buscan el reconocimiento internacional de su riqueza ecológica en forma de reservas integrales que hagan más difícil al Gobierno obviarlas para extraer sus recursos », explica el docente e investigador.